Con agilidad poncha el bulbo, extrae el líquido, inserta la aguja en el brazo e inyecta el inmunógeno acumulado en la jeringuilla. La operación transcurre muy rápido.
“El protocolo dice que debe realizarse en menos de siete segundos”, explica la enfermera Ileana Núñez Frankis cuando el equipo de prensa le pide hacerlo con mayor lentitud para capturar, en fotos, los detalles del momento.
Con 39 años al servicio de la Salud Pública cubana y la experiencia de algunas de las más importantes campañas de vacunación desarrolladas en el país, se incluye entre los 75 enfermeros que participan en la intervención sanitaria con el candidato vacunal Abdala, en el municipio de Morón.
Vinculada el enfrentamiento a la pandemia desde sus inicios, Ileana se desempeña en el Consultorio Médico de la Familia (CMF) No. 23, del Reparto Carlos Lenz, una localidad amenazada por el virus del SARS-CoV-2 y declarada durante un tiempo en cuarentena por la complejidad epidemiológica, al ser diagnosticados alrededor de 60 casos con el virus.
Las rutinas del CMF y las acciones de control a pacientes positivos y viajeros procedentes del exterior, han saturado la agenda de trabajo de Núñez Frankis, quien asegura que llega muy temprano y no tiene horario fijo de retorno a su hogar.
“Estando en la casa me han llamado para regresar porque se presentó una urgencia y me presento en breve, porque yo doy la vida por los pacientes”. El contacto directo con los enfermos para garantizar su atención y las dos veces que ha permanecido en aislamiento por la condición de sospechosa de padecer la Covid-19, confirman el valor de esta mujer, cuya familia y vecinos la apoyan para desarrollarse en la profesión que ama.
Durante el mes de julio y, en medio de una compleja situación epidemiológica, sus manos han llevado la esperanza a cientos de pacientes que reciben el candidato vacunal Abdala para fortalecer su inmunidad, otro gesto que la comunidad agradece a la enfermera jocosa y sonriente, que se presenta emocionada ante las interrogantes de la prensa y no reconoce ningún mérito en su labor para merecer una entrevista, no porque le falten, son solo el impulso de la sencillez y la modestia.
Con el entusiasmo que la caracteriza logró motivar, movilizar e integrarse a los trabajadores de la UEB Fábrica de Calentadores Solares Rensol para establecer allí un vacunatorio. Juntos acondicionaron uno de los mejores locales donde se inocula el inmunógeno a los moronenses.
“La intervención sanitaria transcurre de manera satisfactoria, desde las primeras horas de la mañana tenemos personas esperando, organizamos los flujos para que no haya concentraciones en los locales y, el mayor éxito, ha sido la efectividad en la respuesta de los pacientes tras aplicarles el preparado vacunal”, expresó con orgullo.