Si alguna confirmación hacía falta para entender que la pandemia transcurre aquí, cebada en la “maldita circunstancia de la irresponsabilidad por todas partes”, basta con pesquisar problemas en seis municipios avileños.
Casi todos apuntarán a conductas de riesgo y a respuestas tardías o fallidas. Y casi todos desembocarán, invariablemente, en la situación actual, todavía grave y ahora con el temor de que algunos de sus números sean espejismos.
Lo dijo el vice primer ministro Jorge Luis Tapia Fonseca, en Ciro Redondo, aunque le sirve a Florencia, Ciego de Ávila, Chambas, Venezuela y Morón (los seis evaluados en esta ronda semanal). “La gente tiene que asumir su responsabilidad ante la vida y la sociedad, con las consecuencias que ello conlleva, y no puede suceder que entonces vaya al policlínico cuando su salud se agrave, ya que pudo evitarse con un internamiento oportuno.”
La paradoja alcanza lo inverosímil porque antes las denuncias hablaban de la imposibilidad del aislamiento, y ahora es la gente la que no quiere ingresarse, habiendo capacidad. En ese sentido Jorge Luis Broche Lorenzo, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido, resaltaría en Florencia que la idea no puede ser ingresarse para hacerse un PCR, sino ingresarse para no seguir contagiando a la familia y a la comunidad.
Parece lo mismo, pero no lo es, y en ese parecido caen algunos territorios. En Ciro Redondo, por ejemplo, a raíz de sus 85 casos en un día se hicieron alrededor 100 PCR, cuando en realidad debieron efectuarse unos 600, teniendo en cuenta que cada confirmado genera un promedio de siete contactos. Y lo mismo sucedía en Florencia, con una semana de más de 340 positivos, y entre ocho y 10 contactos por confirmado. Chambas, por su parte, registraba la incidencia más alta en agosto y sus autoridades admitían, también, que no aislaban oportunamente a las personas con síntomas.
Resultado: la negativa de muchos ha puesto en tela de juicio el valor real de los confirmados diarios en la provincia, si bien las fallas en las encuestas epidemiológicas y la irregularidad de la pesquisa han sobreañadido problemas al asunto en casi todo el territorio. Insólito, sobre todo, porque ya han trascurrido 16 meses de “ejercicio”.
No obstante, “la fatiga” ha hecho de las suyas y, amén de los refuerzos de otras provincias, el personal nuestro se encuentra agotado y no siempre bien atendido. Todavía sobresale en una reunión en Morón, como fue el caso, que faltan hojas y lapiceros. Que 22 calentadores solares hayan estado cinco años en un almacén sin instalarse en el hospital o que tras varios años aún no se conecte allí la cisterna al sistema de abasto de agua, que genera aprietos cada vez que se afecta el servicio público.
Al mismo tiempo, la visita integral a varios municipios —en la que participaron Carlos Luis Garrido Pérez, miembro del Comité Central del Partido y primer secretario en la provincia, y Tomás Alexis Martín Venegas, gobernador, en igual nivel— coincidió en que todavía la movilidad es alta y ni siquiera los mensajeros o la venta de productos en las comunidades han logrado reducirla a los niveles deseados. Y tan preocupante como eso es la falta de integración de los factores sociales, cuando hoy más del 90 por ciento de los consultorios cuentan con el médico y la enfermera, y carecen, entonces, del apoyo comunitario, no solo para mejorar las condiciones de labor, sino para trabajar de manera más efectiva en la comunidad.
Una silla, una mesa, un almuerzo… son varios los detalles que podrían marcar la diferencia en las condiciones de trabajo en los consultorios, pero, sobre todo —alertaron—, se trata de que los factores apoyen en el cumplimiento de las medidas, pues en los hogares se desoye el autocuidado. A veces basta con usar nasobuco dentro, no besar a nuestros hijos, comer solos en la mesa, mantener la casa ventilada…
De ahí que parar el contagio sigue siendo, en primer lugar, una responsabilidad individual, aunque luego las estructuras gubernamentales y de Salud Pública carguen con el peso de una pandemia que sigue mostrando las mismas debilidades en el enfrentamiento. Sin embargo, durante el recorrido por los territorios, también se dejó claro que este momento (alejado de la crisis) parece ser una oportunidad para retomar parámetros normales de la pandemia.