Por la experiencia y el reconocimiento en la gestión para reducir riesgos de desastres (RRD) y los estudios sobre el cambio climático (ACC), el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) incluye a Cuba entre las naciones promotoras de una metodología que vincula e incorpora esos conceptos a las políticas destinadas al progreso socioeconómico.

Rosendo Mesías, oficial de Resiliencia y Reducción de Riesgo del PNUD en la Mayor de Las Antillas, subrayó en la provincia de Ciego de Ávila que Cuba representa a la región del Caribe y aportará experiencias para validar un instrumento con alcance global que promueve el desarrollo con perspectiva de riesgo.

El territorio avileño se reconoce como espacio idóneo para aplicar ese instrumento, debido a la confluencia de proyectos internacionales —Resiliencia Costera, Mi Costa y Euroclima Plus— que fortalecen las capacidades para la RRD y ACC, incluido el control de las aguas, de manera que la provincia constituye referente del monitoreo del ciclo hidrológico en el país.

En ese contexto el sector hidráulico en Ciego de Ávila implementará la denominada Herramienta estratégica para la incorporación de la RRD y ACC en las iniciativas del desarrollo, debido a que las acciones previstas se vinculan a las ejecutadas mediante programas de colaboración financiados por la Unión Europea y el Fondo Verde del Clima.

Precisó que esta provincia adquiere en el país la misma significación que Cuba para el área del Caribe, y está calificada como “terreno fértil” para afianzar ese pensamiento y una proyección técnica distinta, a través del proyecto Euroclima Plus, con respaldo monetario de la Agencia Francesa para el Desarrollo e implementado por el PNUD.

Rudy Montero Mata, ex director del Instituto de Geofísica y Astronomía y uno de los autores de la guía para el uso la referida herramienta, señaló que se promueve una mirada integral a los riesgos al considerarse tanto los inherentes a desastres como los asociados al cambio climático.

Apuntó a la necesidad de conocer el peligro e identificar de manera correcta las vulnerabilidades para realizar una evaluación integrada de los riesgos, con el objetivo de facilitar la labor de los gobiernos en diferentes instancias al alertarlos y sugerirles cómo proceder ante determinadas circunstancias.

Cuba posee una larga experiencia en la gestión de RRD, que tuvo como punto de partida las vivencias negativas durante el huracán Flora, en octubre del año 1963, a partir de las cuales se impulsó una estrategia nacional para prevenir desastres, cimentada en un sistema de defensa civil que potencia el capital humano, el conocimiento y la adecuada cooperación entre todos los integrantes de la sociedad.

Asimismo, desde finales del siglo XX numerosos estudios evalúan los impactos del cambio climático y determinan las medidas de mitigación y adaptación que deben adoptarse en sectores socioeconómicos y ecosistemas naturales y humanos estratégicos, de forma que los avances en esta tarea se incorporan a los planes de desarrollo del país.

Expertos en el tema reconocen que las labores de la RRD y ACC se encuentran en continuo perfeccionamiento, como resultado de los avances en la ciencia y la innovación, y por la experiencia acumulada durante más de 60 años de acciones formativas, preventivas y de recuperación ante sucesivos eventos peligrosos.

No obstante, persisten brechas que pudieran minimizarse al aplicar la nueva herramienta, también orientada a fortalecer las tareas comprendidas en las cuatro etapas del ciclo de RDD (prevención, preparación, respuesta y recuperación); proporcionar seguridad y objetividad a la ACC y lograr una visión del desarrollo basada en la perspectiva de riesgos.