Las zafras perfectas no existen, pero se intentan

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Las zafras perfectas no existen, pero se intentan

A la muy conocida frase de “amarrarse los pantalones”, como sinónimo de actuar con firmeza, energía y determinación, Danilo Fernández Madrigal, director de la Empresa Agroindustrial Azucarera Ciro Redondo, la llevó un escalón más allá. “Con el cinto en el último hueco” dijo el ingeniero.

Por cómo habló frente a un auditorio de azucareros y directivos del sector, presididos por las máximas autoridades de la provincia, se puede sobreentender que es un mantra de cara al enorme desafío de la industria: moler unas 435 000 toneladas (t) de caña antes del 4 de mayo.

Sobre las masas y el tándem del Coloso del Centro descansa el grueso del plan de azúcar de Ciego de Ávila, pero el ingenio no ha podido demostrar en esta zafra su capacidad de molida, fundamentalmente, por las paradas de la Bioeléctrica, su centro energético. Al momento de la reunión donde Danilo conminaba a arremangarse las camisas al codo y apretarse el cinturón para sacar adelante las metas propuestas, la Bioeléctrica era un gigante adormecido a la espera de una pieza.

Incrementar los ritmos de corte de caña en las unidades vinculadas al central Ciro Redondo es el primer escalón de eficiencia demandado para hacer una mejor zafra azucarera.

Se dice pieza y cualquiera creería se trata de un componente ciclópeo: una caja de bolas, un rotor, una placa electrónica, navegando en barco en medio del Atlántico. Pero lo que estaban esperando este martes, procedente de China, era una lámina de plomo de apenas un milímetro de grosor para confeccionar una junta-fusible, protección indispensable para las calderas. Una lámina que casi cabía en una maleta.

La anterior “se fue” en uno de los disparos del Sistema Electroenergético Nacional (SEN) de principios de mes y, desde entonces, el Ciro Redondo parece un caballo impetuoso amarrado a un tronco; se les nota la impaciencia a sus trabajadores, las ganas de salir a buscar toda la caña posible. Sin embargo, “cada cosa tiene su cosa”, diría Gabriel Curbeira Cordero, jefe de Operaciones de la Bioeléctrica, aduciendo a no violentar los tiempos, por muy grande que sea la necesidad.

A la delgadísima plancha de plomo hay que hacerle casi 100 perforaciones, a mano, con precisión milimétrica y paciencia de relojero chino. Un proceso que no admite apuros ni voluntarismos, porque lo que está en juego no es únicamente la capacidad de cumplir un plan, sino el futuro de las dos fábricas y la millonaria inversión allí ejecutada.

Mientras el técnico confecciona la junta y el central aguarda el momento de salir en desenfrenada carrera tras sus compromisos, otras cosas se pueden hacer: seguir acopiando marabú, por ejemplo. Con 46 días de cobertura ─unas 33 000 t de biomasa─, el imperativo es seguir cortando la planta espinosa y garantizar otra veintena de jornadas, para completar los aproximadamente 60 días de molienda que le restan a la provincia.

Estabilizar para recortar atrasos al plan de azúcar en Ciego de Ávila

Un impulso decisivo en la estabilización, tras dejar atrás roturas industriales y lograr un mayor aporte de la cosecha de caña, es lo que requiere la zafra azucarera en Ciego de Ávila para ir recortando sus atrasos.

Tomando como base la proporción de 70 por ciento de bagazo y 30 de marabú, la bioeléctrica necesita que las brigadas de corte y el central avancen dos días en sus labores para asegurar un día de generación. Si la junta queda bien y no falla nada más —se mantienen cuatro máquinas cortadoras de marabú operativas y tres rotas por desperfectos eléctricos―, es posible cumplir los planes y seguir aportando electricidad al SEN.

A eso fueron Liván Izquierdo Alonso, miembro del Comité Central del Partido y primer secretario en la provincia, y el gobernador Tomás Alexis Martín Venegas a Ciro Redondo: a apretarle las clavijas al sistema, sobre todo a la parte agrícola de la empresa, encargada de cortar y sembrar la caña de las próximas zafras.

Al ingenio pinense tributan plantaciones diseminadas tanto al Norte como al Sur de la provincia. Se trae caña de Venezuela y también de las bases productivas asociadas a la empresa azucarera Enrique Varona. En tierras venezolanas quedan unas 45 000 t de caña por cortar y en Chambas 25 000, estas últimas quedadas con más de 13 meses, que permitirían elevar los actuales rendimientos a 10,69 t de caña por cada t de azúcar.

En Ciro Redondo la siembra va bien, con los planes de enero y febrero sobrecumplidos, un objetivo al que han contribuido las movilizaciones populares promovidas por la máxima dirección del Partido en la provincia. “A partir de ahora, cuando arranque la Bioeléctrica, hay que cortar 4800 t diarias, y seguir sembrando al ritmo mostrado”, insistió Izquierdo Alonso y fue ahí cuando Danilo Fernández le abrió otro hueco al cinto.

No es exactamente el panorama de la empresa azucarera Primero de Enero, a la que problemas en los transformadores eléctricos de las máquinas de riego, al menos en dos bases productivas, y el no contar con un equipo de la marca Komatsu para la preparación de tierras, le han impedido avanzar más en la siembra de la gramínea. El día del intercambio con los dirigentes del Partido y el Gobierno el plan apenas había sido ejecutado al 41 por ciento. “No se puede plantar sin garantía de agua, porque la seca está brava y estaríamos botando la semilla”, dijeron los presidentes de las cooperativas 8 de Marzo y 21 de Septiembre. Un argumento que se escucharía, también, en los análisis del Ecuador.

Después de un par de llamadas telefónicas y de decisiones tomadas “en caliente”, que permitirán poner de alta las máquinas de riego de pivote central con alternativas, Izquierdo Alonso indicó organizar movilizaciones masivas para sembrar lo antes posible y garantizar la materia prima de las próximas zafras. “Aquí hay que lograr molidas de más de 100 días”, recalcó, aunque tal meta no será posible cumplirla antes del 2025, atendiendo a la caña plantada y por plantar.

Finalmente, el Primero de Enero, que no estaba previsto moliera en esta campaña, ya tiene un plan de azúcar, que debe honrarse a la altura del 1ro. de abril, si logra mantener 13 horas diarias de molienda y unas 179 t producidas del dulce grano por día. Para ello recibirá caña desde el vecino central Brasil (al menos un tren en cada jornada) y sus pelotones de corte tendrán que derribar y alzar 2600 t en cada jornada, incluso de caña no contratada, por lo que el primer secretario del Partido reiteró una indicación dejada a los azucareros pinenses: “negocien precios favorables, tanto para ustedes como para los productores, y corten todo lo posible”.

“Salven el central y defiéndanlo, porque de él depende la autonomía de este municipio”, concluyó.

50 kilómetros al Sur las realidades son otras y las mismas, a la vez. Visiblemente contrariado, Ernesto Blanco López, administrador del central-refinería Ecuador, no se cortó ni un nudo para insistir en que, moliendo caña quemada de más de siete días, mezclada con la fresca, “no hay eficiencia que valga”. Es una de las causas de los bajos indicadores que no dan suficiente “jugo” en Baraguá.

Ante los incendios en los cañaverales poco se puede hacer después que empieza la candela; todo debe ser hecho antes. Pero Izquierdo Alonso razonó con el experimentado azucarero, al pie de las carretas tiznadas, en que si la caña se quema la usen para hacer meladura y no azúcar. Eso llevaban haciendo hacía 48 horas y Blanco, que le sabe un mundo a los secretos de la industria, aseguraba que era el camino.

El Ecuador debe estar activo hasta mediados de marzo y producir poco más de 14 100 t del endulzante, de las cuales ya están listas unas 7600. Tendrá que moler, mínimo, al 60 por ciento de la norma potencial, y producir 200 t diarias.

A punta de lápiz y calculadora las máximas autoridades de la provincia sacaron las cuentas: cumplir el plan del territorio no es una quimera, aunque no se podrá perder un día. La actual zafra está lejos de ser perfecta, un llamado que mientras se preparaban los engranajes se repitió más como cántico de guerra que como realidad posible. La perfección no existe, ha quedado claro, pero se puede intentar rozarla.