Fueron recibidos como lo que son: héroes. Tanto los primero aplausos ofrecidos por los trabajadores del mismo aeropuerto, como las palabras del presidente Miguel Díaz- Canel Bermúdez, y las calles inundadas por el amor y la admiración de los habaneros, que aguardaban su paso para en nombre de toda Cuba reiterarles la bienvenida, les ratificaron lo que ya tenían como certeza: están en casa.
Para el encuentro con la familia y los amigos más cercanos, cumpliendo, como bien saben hacerlo con el distanciamiento requerido, faltan aún unos días. Ellos serán ejemplares hasta el último segundo, para luego continuar en su labor cotidiana, deseada y querida por cada uno: salvar vidas.
De Italia, especialmente de Crema, traen consigo no solo el agradecimiento de aquellas personas que los vieron como ángeles, que fueron enviados para detener el apocalipsis. Traen lindos e inolvidables recuerdos. La propia experiencia de haberse unido varias generaciones de profesionales, 27 de ellos con complejas misiones internacionalistas ya cumplidas, como la del ébola y otros que sin haber protagonizado epopeyas como esa, se crecieron como verdaderos titanes, es demostración de ese pensamiento martiano, plasmado en su diario, el 14 abril de 1895 y que dice “subir montañas hermana hombres”.
Para Ciego de Ávila, contar con tres galenos, entre los 52 que arribaron al país este 8 de lunes después de cumplida su misión en la región de Lombardía, Italia, constituyeuna mezcla de honor y satisfacción, especialmente cuando el Dr. Yankiel Ramírez Portal, quien ha mantenido comunicación sistemática con el Portal del Ciudadano de su provincia natal, a pocas horas de la llegada, escribe:
“¡Qué bien se siente estar en la tierra! Fueron muchas cosas lindas en el recibimiento. Nada como mi pueblo.El cariño de las personas es indescriptible. Este cariño con el que nos han acogido es el motivo por el que cada uno de nosotros nos sentimos orgullosos de ser de esta tierra. Las personas por todas las calles, las palabras del presidente, el recibimiento en La Pradera, lugar donde estamos en cuarentena, las imágenes de nuestros familiares que nos sacaron las lágrimas…Esas cosas son las que a mí me hacen querer ser mejor persona y médico cada día.El amor es la mayor de las recompensas que se pueden recibir”
Y aunque su papá no está físicamente, el joven doctor sabe que sería el que más orgulloso se sentiría.Sentimiento parecido a lo que dulcemente manifiesta su esposa Yania Pérez, embarazada y ansiosa por el reencuentro, quien en un mensaje le confesó “Que alegría tan grande, ya estás de vuelta.Pronto estaremos junticos. Tu bebé y yo estamos muy orgullosos de ti.Te Amo”.
Ya están aquí, pero siguen con sus manos sanadoras, cargadas de besos para el mundo.