Han transcurrido 57 años desde que fue enviada la primera brigada médica cubana a Argelia, compuesta por 55 colaboradores que brindaron sus servicios por un año. Fue precisamente un 23 de mayo, pero del año 1963. Para entonces, la Revolución era muy joven y constantemente acosada por el imperialismo yanqui, que no ceja en sus empeños. Sin embargo, tenía bien definida la vocación y los principios del internacionalismo proletario.

Puede decirse que es cuestión de “raíz”. Los antecedentes de solidaridad internacionalista en la medicina cubana se remontan al periodo colonial en la que algunos médicos de forma espontánea, expresan su espíritu revolucionario al partir a diferentes países para ofrecer su ayuda como profesionales o alistándose en sus ejércitos como soldados.

Se pueden enumerar algunos ejemplos como son: Antonio Lorenzo Luaces de Iraola que participó con el grado de Coronel en la Guerra de Secesión Norteamericana., Manuel García Lavín y Chapotín en la guerra franco prusiana y en la que por los méritos alcanzados se le concedió la legión de honor de Francia y Luís Díaz Soto que participó en la lucha del pueblo español contra el fascismo en la guerra civil de 1936-1939, entre otros.

Luego del triunfo revolucionario, en 1960, Cuba envió una brigada médica emergente y varias toneladas de equipos de insumos a Chile, afectado por un intenso terremoto que dejó miles de fallecidos. Demostración más que clara y convincente de que estaba dispuesta a acudir allí, donde fuera más necesaria. Para entonces, el éxodo del 50% de los médicos con que contaba el país, no fue obstáculo para brindar la ayuda necesaria. 

“La desfachatez, la mentira, la perversidad del imperio se derrumban ante la altura moral acumulada por la digna historia de las misiones cubanas en la salud”, ha expresado el presidente cubano Miguel Díaz Canel Bermúdez en su cuenta en Twitter. Y le asiste toda la razón. El imperialismo yanqui se empeña en calumniar e intentar desacreditar, lo que la grandeza humanista y solidaria de esta pequeña isla logra con sus soldados de batas blancas, admirados y queridos por aquellos que han contado con su presencia salvadora.

En la actualidad la solidaridad de Cuba con el mundo en materia de salud cobra particular relevancia hoy ante la pandemia global del SARS-CoV-2 y contra eso no pueden las mentiras y el ensañamiento del gobierno de Donald Trump. Los resultados del humanismo y profesionalidad de nuestros guardianes de la vida, se reflejan precisamente en los millones de vidas salvadas a lo largo de más de cinco décadas de historia y heroísmo de la colaboración médica cubana.