Covid-19 en Cuba: las muertes también caen en picada

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Nota 1 Covid-19 en Ciego de Ávila

Después del primer fallecido por COVID-19 en esta Isla, tuvimos una semana de “gracia” sin reportar otro lamentable suceso. Y hoy, después de seis días sin enlutar las estadísticas actuales, nos acercamos a esa racha favorable que tuvimos del 19 al 25 de marzo. Sin embargo, mientras continúen reportándose casos; sobre todo de mayores de 80 años, las probabilidades siguen siendo altas, pues las estadísticas demuestran que el 39 por ciento de los fallecidos sobrepasaban esa edad. Es el grupo etário que más decesos registra.

No obstante, si observamos los antecedentes de enfermedades de los 79 fallecidos hasta el momento, sabremos que no solo la edad conspira en los decesos de la COVID-19. El 48 por ciento padecía de hipertensión arterial y el 38 de diebetes mellitus. Solo el 7,6 por ciento no tenía ninguna otra enfermedad ; lo cual, si bien dice que las enfermedades concomitantes aceleran la mortalidad, tampoco quiere decir que el nuevo coronavirus no sea, en sí mismo, letal. Nada indica que esas personas, de haber estado “sanas”, no hubiesen muerto de todos modos, solo a causa de la COVID-19.

Pero sí es un hecho que la ciencia cubana pone todo su empeño. Y, al parecer, algunos tratamientos han incidido en la disminución de esas muertes. Hace dos días, por ejemplo, Gillian Martínez Donato, investigadora del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) y gerente del proyecto científico sobre el péptido inmunomodulador,CIGB-258, decía en Granma que “ hasta el 5 de mayo habían recibido la terapia con este péptido un total de 31 pacientes, 12 comenzaron la terapia en estado grave y 19 en estado crítico. En los pacientes graves la sobrevida fue del 92 %, y en el caso de los críticos fue del 73 %, después del tratamiento con CIGB-258”.

En total, apuntaba, la sobrevida entre graves y críticos fue de un 81 por ciento, un resultado alentador si se compara con los reportes internacionales que refieren tasas de sobrevida para pacientes críticos, que no sobrepasan el 30 por ciento. “Continuamos acumulando evidencias para llegar a conclusiones sobre la efectividad del CIGB-258”, concluía.

Y quizás los datos recientes ya le aporten claras evidencias: dejamos atrás el pico del 23 y el 16 de abril, cuando en ambas fechas se informó de cinco muertes; la jornada de cuatro decesos; los nueve días en que reportamos tres fallecidos…se van haciendo habituales los partes en que no registramos muertes: y eso ha sido en 25 días, de los 69 que llevamos de epidemia.

La tendencia del último mes apunta a la disminución: mientras en las dos primeras semanas tuvimos 32 muertes, en estos 15 días, “apenas” 10. La bajada es visible, amén de que se mantenga el riesgo y solo tres provincias en Cuba —Granma, Mayabeque y Pinar del Río— no indiquen sucesos lamentables. O más lamentables… porque la lista de contagios, aun a cuentagotas con seis casos hoy, sigue creciendo. Y con “perspectivas”.

Los primeros resultados del estudio poblacional y los nuevos eventos de trasmisión que se han abierto no nos permiten respirar tranquilidad.