Ciego de Ávila vs COVID-19: un virus fuera del molde

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Mi colega Amanda Tamayo me ahorra las  explicaciones de algo que habíamos alertado con anterioridad: en Turiguanó el aislamiento y el distanciamiento social no se cumplieron al pie de la letra, al menos en el inicio de la cuarentena. El evento de trasmisión local de esa comunidad vuelve a aportar un caso confirmado al cierre del 12 de mayo.

Aunque el caso 93, un ciudadano de 39 años que no desarrolló síntomas tiene residencia en Bolivia, en el momento de su contagio se encontraba trabajando como agente del orden interior en el poblado de Turiguanó. Es detectado durante el período de aislamiento obligatorio al terminar el ciclo de trabajo, de ahí que se reporten 35 contactos de los cuales la mitad ya fue negativa al PCR-RT.

El confirmado de hoy es contacto del caso 83, informado el 2 de mayo pasado, que a su vez era contacto de un caso sospechoso que finalmente fue negativo. Nótese que han pasado exactamente 10 días entre uno y otro; y nótese, además, que la fuente de contagio inicial no está definida.

Esto, mis estimados lectores, es el riesgo puro y duro del que llevamos casi dos meses hablando en este periódico. En una comunidad donde tuvo lugar un evento de trasmisión, por más sospechosos y contactos que se hayan aislado y testeado, siempre habrá un margen para que se queden fuera de ese cerco personas infectadas.

Y bastaría uno solo para tejer una cadena de contagio larga e invisible, ya que hasta ahora más del 60 por ciento de los positivos de Ciego de Ávila han sido asintomáticos. Como el virus no se ve, en la vida muy real todos podríamos estar infectados por el SARS-CoV-2 y no saberlo.

Composición de los casos confirmados de Sayli Sosa

En función de arrojar luz sobre esa incertidumbre mayúscula frente a un virus cuyo comportamiento se sale del molde ―y no ha habido suficiente tiempo para sacar conclusiones―, se ha emprendido un estudio que podrá estimar su prevalencia en la población cubana. O sea, sabremos con un poco más de exactitud quiénes han estado en contacto con el nuevo coronavirus.

Florencia y Morón comenzaron ayer a tomar las muestras. En el envío hoy a los laboratorios de referencia, 17 de los 49 exudados corresponden al estudio. En esta jornada empiezan a trabajar los equipos muestreadores en Ciro Redondo y Morón, mientras que en la ciudad cabecera deberá realizarse entre viernes y sábado. Como explicamos el estudio abarcará unas 240 personas de cinco municipios, escogidas aleatoriamente.

Varios lectores de Invasor expresaron su preocupación sobre si la cantidad destinada para Ciego de Ávila es representativa, pero no podemos asegurarlo categóricamente.

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No obstante, teniendo en cuenta que en Cuba se estudiará a unas 4000 personas ―de 260 áreas de Salud que abarcan todas las provincias―, y que la cifra de avileños es superior a 240 (aunque menor que 250), eso nos ubicaría con el seis por ciento del total.

¿Parece poco ese seis por ciento? No lo es, menos si tenemos en cuenta que el total de casos confirmados en Ciego de Ávila representa el 5,1 por ciento de los confirmados del país. En esa relación llevamos casi un punto porcentual de ventaja.

El otro elemento que preocupa es a quién se testeará y por qué no a población en riesgo. En realidad, todos estamos en riesgo, y tomar muestras de poblaciones “sanas” tiene todo el sentido, porque se busca prevalencia, o sea, saber quiénes han estado en contacto con el virus y no mostraron síntomas. Esos son los que complican la situación.

Quienes desarrollan sintomatología respiratoria están siendo estudiados, incluso sus contactos, o sea, se ha adelantado camino en esas poblaciones.

De manera que en dos meses sabremos más sobre el estado inmunológico de la población avileña y tendremos más datos sociodemográficos, epidemiológicos y clínicos que permitan tomar decisiones de cara a una epidemia que, aun teniendo hoy un máximo de seis casos positivos en todo el país, no se ha terminado.

Los números de hoy

Por séptimo día casi consecutivo Ciego de Ávila marca “la tarjeta” en el total de confirmados. Si bien son pocos casos, es motivo de alarma que mientras el resto del país pareciera tener controlada la trasmisión, con excepción de La Habana, aquí sigan “saliendo” a cuentagotas.

El Doctor Eduardo Zalacain Petgrave, subdirector de Epidemiología en el Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología, no tiene una única explicación. Más bien habla de diversos factores como el alcance y efectividad de la pesquisa, la calidad de las encuestas epidemiológicas, la eficacia en el control de focos y el comportamiento bastante impredecible de la epidemia.

Sobre esto último ilustró con dos casos de pacientes positivos (un hombre y una mujer) que, al cabo de los 14 días de evolución tuvieron un PCR negativo y fueron dados de alta médica. Pero al cumplirse los 28 días, cuando se suponía se podía dar el alta epidemiológica, sus PCR evolutivos volvieron a mostrar trazas del virus. En estos casos se indicó continuar el aislamiento en sus residencias pues la carga viral no era suficiente para contagiar a otros.

Sobre cómo no se ha dejado de buscar posibles contagiados habla la cifra de personas en centros de aislamiento que, al cierre del martes, volvió a incrementarse: 221. A todas estas personas se les realiza PCR-RT, excepto a quienes sean contactos de sospechosos negativos.

También la pesquisa continuó encontrando infecciones respiratorias (50) y de ellas cinco sospechosas por su riesgo epidemiológico.

La buena noticia de hoy es el cierre de dos focos, uno en la calle Libertad de Morón y otro en Ranchuelos, con lo cual la provincia mantiene activos 12. No hubo altas, por lo que la cifra de recuperados es 80 y 10 hospitalizados.