El suspense y la incertidumbre vuelven a las jornadas de los avileños luego de que se confirmaran 9 casos positivos a la COVID-19 durante los últimos días. Y aunque la cifra es todavía pequeña, aquí ya aprendimos, a base de sustos, cómo se enredan las cadenas de sospechosos y contactos para terminar atando a varios en las redes de esta enfermedad.
Por tres meses en Ciego de Ávila respiramos aliviados durante los partes diarios del Ministerio de Salud, sin embargo, otra vez los números nos ponen tras las pistas de un padecimiento que no flaquea en su avance. Por la más pequeña hendidura en nuestro accionar se cuela este virus para multiplicarse.
Ahora vuelven las cifras a hacernos mellas en las esperanzas. Los altos índices de contagio en la capital, y el posterior avance del nuevo coronavirus por el resto del país, nos encendió las alarmas que no debimos apagar. Ya lo ha dicho el Ministro de Salud, José Ángel Portal Miranda, la situación puede descontrolarse de no tomar medidas drásticas.
Pero esas medidas deben partir, primeramente, desde la individualidad. Más allá de decisiones y estrategias gubernamentales, el comportamiento de cada cubano será el aporte más importante para frenar el avance de esta pandemia.
Y esa asignatura parece que la tenemos aún pendiente. No todos han hecho conciencia de que la prudencia debe ser la regla. Muchos andan desestimando las implicaciones de la enfermedad y le dan la espalda a las normas sanitarias establecidas en Cuba y el mundo.
Cuando verdaderamente interioricemos que medidas como el uso del nasobuco son imprescindibles, y que este aditamento puede ser nuestro principal aliado para contrarrestar la enfermedad, entonces habremos avanzado algunos pasos en esta carrera que se torna larga y difícil.
Saque sus cuentas pues. Tenemos que evitar aglomeraciones, seguir las normas sanitarias cuando necesitemos salir de casa, tener el hipoclorito y el jabón a mano. Permanecer en la tercera fase en la que nos encontramos los avileños, depende en gran medida de nosotros mismos. Ya tendremos tiempo para los reencuentros entre amigos y familiares. Volverán las celebraciones , pasarán los miedos y los sobresaltos. Pero hagamos todo, ahora, para que luego no nos falten historias.