Rostros avileños en la Henry Reeve

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Rostros avileños en la Henry Reeve

Son muchos. Todos con ese brillo que emana de las personas humildes, desinteresadas, inteligentes y profesionales. Los integrantes del  Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias "Henry Reeve", han escrito y siguen escribiendo, hermosas páginas de humanismo en nombre de Cuba y en defensa de la salud.

Cuando el 19 de Septiembre del 2005 quedó constituido por el Comandante en Jefe, quedó también definido que  sus objetivos fundamentales de trabajo apuntarían a lograr un despliegue territorial extenso en las zonas de desastre, con el establecimiento de los hospitales Integrales de Campaña, capaces de dar amplia respuesta a las exigencias asistenciales de la población damnificada. La génesis estuvo en la brigada que se creó para ayudar a la población norteamericana afectada por el huracán Katrina. Este ofrecimiento de ayuda del Gobierno Cubano fue rechazado por el Gobierno de los Estados Unidos. La brigada fue denominada Fuerza Médica “Henry Reeve”, en memoria de aquel excepcional joven combatiente norteamericano que murió luchando por la independencia de Cuba (undefined)

Sin embargo, otras tierras, reclamaron la asistencia humanista de la Mayor de las Antillas y sin dudar, la ayuda pedida se ofreció. Desde entonces, varias han sido las misiones y numerosas esas páginas que también forman parte de la historia de la nación cubana. Un premio no hará la diferencia, aunque sin duda, el solo hecho de pensar en estos valientes guardianes de la vida y la salud como merecedores del Nobel de la Paz, no deja margen a duda: la humanidad agradece y reconoce lo que hacen, haciendo caso omiso a todas las campañas de descrédito que el imperialismo y su jauría propaga, tal y como lo ha hecho la terrible pandemia que por estos meses, nos roba el sueño.

Pero como a la Covid-19, también a la blasfemia, las fake news y al odio visceral que le profesan los desalmados, nuestros soldados de batas blancas se enfrentan, y sin pecar de exceso de triunfalismo, puedo afirmar que salen victoriosos. Con total convicción lo expresó nuestro presidente Miguel Díaz Canel, “Que otros se plieguen a las mentiras y los engaños de los poderosos de este mundo. Nosotros continuaremos defendiendo las ideas por las que hemos luchado toda la vida, junto a los pobres, los enfermos sin médicos ni medicinas de toda la Tierra".

En Ciego de Ávila varios son los rostros que con solo mirarlos, transfunden vida, como si les fuera dado el poder sobrenatural de, por pertenecer y prepararse para enfrentar desastres naturales y terribles epidemias, salvar siempre. Bien lo dijo el artífice de tan genuina obra, nuestro Fidel, ““Nosotros ofrecemos formar profesionales dispuestos a luchar contra la muerte. Nosotros demostraremos que hay respuesta a muchas de las tragedias del planeta”.

Yaima Fontaine, Martiniano, Yankiel, Luisito, Yordanka, Yenisey Mora, Rothens Almanza, María Caridad, son nombres que por muy cercarnos se me agolpan en el pecho y la garganta, pero que se multiplican en Juan, Ana, Roberto, Carlos, Elena, Olga, Mario…y así hasta el infinito. Dejan de ser nombres para ser sublimes actos de bondad, entrega, sacrificio, profesionalidad. Se vuelven héroes y heroínas, sin la pretensión de serlo. Nos arrancan aplausos, lágrimas de orgullo y también temor por saberlos expuestos al peligro. Y al mismo tiempo nos brindan la certeza, herederos del ideario fidelista, de que un mundo mejor es posible.