Instrucciones para “nadar”

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Instrucciones para “nadar”

Así como los meteorólogos se refieren a la sensación térmica, en Morón pudiera hablarse de sensación epidemiológica a juzgar por el cúmulo de opiniones que evidencian alta preocupación, debido al retroceso del territorio a la etapa epidemiológica de Transmisión Autóctona Limitada.

Pero, la percepción de riesgo y el sentido de la responsabilidad social e individual, parecen haber tardado en tocar los corazones de este pueblo, al extremo que, de la Nueva Normalidad algunos solo comprendieron el segundo término y se resistieron a vivir en condiciones diferentes, al mostrarse irreverentes ante las medidas de bioseguridad.

Rectificar es de sabios, pero hubiese sido más inteligente reaccionar antes de los 30 controles de focos y 133 contagios acumulados en el territorio moronense en el transcurso del año 2021. Más de una decena de personas no estuviera agobiada por la incertidumbre mientras espera el resultado de una prueba de PCR-RT, ni se nos enfriara el alma al saber que dos niños, de apenas unos meses de vida, resultaron positivos y permanecen hospitalizados en un desigual combate de inocentes contra una potente enfermedad.

No podemos hablar del actuar irresponsable como un mal generalizado, sin embargo, la abundante presencia de ciudadanos en las calles, a solo unas horas de haberse activado la alarma―esa que a muchos no los sorprendió porque siguieronel conteo regresivodesde inicios de mes ― es prueba fehaciente de la imperceptibilidad del peligro (tal vez sea más justo decir falta de sensibilidad, organización o capacidad para actuar de manera proactiva), pese a los ingentes esfuerzos realizados en todo el país para contener el virus.

En su nuevo rebrote la enfermedad se revela más contagiosa como consecuencia del descuido y la desmedida confianza, que en los días finales del año 2020 parecen haber alcanzado su máxima expresión en festividades familiares y, no tan familiares, que implicaron un disparo en la tasa de infestación de este y otros municipios, hasta posicionarlos nuevamente en la fase epidémica.

Cuando estábamos en la orilla volvimos a lanzarnos al río y, ahora, solo nos queda nadar hasta llegar nuevamente. Parece distante; es preciso transitar por cuatro corrientes para alcanzarla. El retorno al “agua” representa la inevitable paralización de buena parte de la vida económica y social, mientras el país, con pocas riquezas y bloqueado, destina sumas millonarias a la atención a pacientes infectados, y cientos de galenos arriesgan sus vidas, durante horas, para salvar otras.

En Morón, volver al “agua”, bien adentro y a lo profundo, significa el cierre 37 de los 40 centros educacionales existentes en el municipio, limitaciones en las transportaciones por ómnibus; regulaciones para la circulación de los medios de transporte alternativos (coches, bicitaxis y otros), restricciones para acceder y salir del territorio, y la prohibición de las visitas al hospital y los centros penitenciarios, por solo citar algunas de las medidas adoptadas para contener el virus.

El nuevo escenario epidemiológico pone a prueba la capacidad organizativa e innovadora, y las habilidades directivas de los cuadros para buscar alternativas y soluciones frente a problemas como el déficit de recursos y combustibles, porque la economía no puede detener la marcha y es preciso lograr superiores niveles de productividad para sobreponerse de una crisis que rebasa las fronteras de nuestra isla.

Asoman cambios en nuestras rutinas y planes, incluso afectaciones a la economía individual en medio de las transformaciones ejecutadas como parte de la Tarea Ordenamiento, que por su importancia tampoco se detendrá. Por tanto, las autoridades se proponen actuar con mayor rigor y lograr superior efectividad en el enfrentamiento a conductas nocivas que contravengan este proceso y favorezcan la propagación de la epidemia.

Otros esfuerzos estarán orientados a garantizar la vitalidad de los servicios médicos y la preparación de condiciones ante el previsible incremento de los infectados, el aumento de las pesquisas (incluso en centros laborales) y los estudios de población de riesgo, la sistematicidad en el control de los viajeros, el desarrollo de audiencias sanitarias y el fortalecimiento de las medidas de control sanitarias, incluyendo los puntos fronterizos con municipios vecinos.

En consonancia con lo dispuesto por el Consejo de Defensa Provincial, el territorio moronense proyecta acciones para mantener la vitalidad en la producción de alimentos, bienes y servicios esenciales;prosigue con las ventas reguladas en la red de comercio y orienta el acercamiento de los productos a los pobladores de comunidades distantes; se retoma el servicio de mensajería para brindar asistencia a los necesitados y se potencia la venta de alimentos y productos de primera necesidad a la población.

En circunstancias tan complejas, las autoridades provinciales y locales han llamado a fortalecer la unidad y lograr una mayor gestión de los cuadros y directivos de la localidad, en función de satisfacer las necesidades del pueblo. No puede haber espacio para la desidia, la chapucería y el acomodamiento.

El enfrentamiento a la Covid-19 es, también, una tarea que requiere de la integración de la ciencia, el desarrollo de una labor informativo-analítica que coadyuve a la toma de decisiones certeras  y la participación de todos los actores sociales, de modo que cada cual sea capaz de hacer lo que le corresponde, ¡y hacerlo bien! No es momento para justificar lo mal hecho, se impone rectificar sobre la marcha o ceder el espacio a quienes sepan comportarse a la altura del momento.

Los moronenses tienen las instrucciones para avanzar hasta la orilla del río y posicionarse en condiciones de seguridad, pero solo lo lograrán si son capaces de respetar las técnicas establecidas. Nadar de espaldas no debe ser, jamás, una opción; mucho menos tocar fondo.