La adquisición de una finca y dos casas de cultivo permitirá a la Empresa de Suministros Agropecuarios de Ciego de Ávila (ESACA), adscrita al Grupo Empresarial Logístico del Ministerio de la Agricultura (GELMA), fomentar el autoabastecimiento de alimentos para el consumo de los trabajadores de sus 15 dependencias distribuidas por la provincia.

Alcides Acosta Aguilar, director de la UEB Comercializadora, destacó que se proyecta la construcción de una nave para pollos y la compra de más de 50 carneros para su reproducción extensiva, con lo cual se garantizará la obtención de alimentos con alto valor nutricional.

Aunque la prioridad es lograr el autoabastecimiento de viandas, hortalizas, granos, frutas, huevos, y carnes de ave y carnero (al menos en un 80%); los rendimientos productivos pudieran favorecer la ampliación del objeto social de la ESACA, al vincularla a la comercialización de alimentos con alta demanda entre la población.

Esa entidad está estrechamente vinculada al Programa Nacional de Soberanía  Alimentaria y Educación Nutricional, al proveer recursos materiales, tecnológicos e insumos a las personas naturales y jurídicas que intervienen en producciones agropecuarias.

La  incorporación directa a la producción, para beneficio de sus trabajadores y la posterior venta de alimentos al pueblo, refuerza el compromiso de disminuir la dependencia de las importaciones y consolidar la producción local.

La labor de Cuba en el Plan de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional, la inclusión del derecho a la alimentación en la Constitución y las normas jurídicas que la acompañan; fue reconocida al término del año 2020 por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), según destacó la Agencia Cubana de Noticias (ACN).

En un contexto caracterizado por carencias de alimentos que afectaron en el año 2020 a 47.7 millones de personas en América Latina y el Caribe, según datos oficiales de la FAO, Cuba fortalece los programas de autoabastecimiento alimentario para asegurar el derecho a la alimentación y fomentar una cultura nutricional.

La FAO prevé que el impacto de la pandemia de COVID-19 influirá en el aumento significativo del hambre, la inseguridad alimentaria y la malnutrición en el continente.