Rescatan cría del cerdo criollo en Ciego de Ávila

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Rescatan cría del cerdo criollo en Ciego de Ávila

El territorio avileño rescata la crianza del cerdo criollo cubano a partir de experiencias que demuestran la sostenibilidad económica, capacidad de adaptación a condiciones naturales, resistencia a enfermedades y al cambio climático, así como la obtención de carnes con mayor calidad.

La alianza entre el Centro de Investigaciones sobre Bioalimentos (CIBA) y porcicultores de la totalidad de los municipios, fundamentalmente de Florencia (concentra la mayor cantidad de productores de la provincia); se expresa en el creciente número de cotos (13 en el año 2019 y una veintena en el periodo siguiente) y confirma las bondades de la especie criolla, cuyas carnes poseen mejor textura, sabor y olor para el consumo fresco y en alimentos procesados.

“Como centro científico asesoramos a los productores para el manejo y cuidado de esa raza, lo que nos permite brindarles nuestros conocimientos y nutrirnos de sus experiencias”, señaló la Máster en Ciencias Yamilé Jiménez Peña, Subdirectora de Investigaciones del CIBA.

En cuanto a la sustentabilidad y desarrollo, el también denominado “puerco chino” constituye una raza superior, debido a que no requiere grandes inversiones: “mientras las producciones del cerdo racial se sustentan en alimentos tradicionales, las de la especie criolla pueden lograrse con el empleo de alimentos alternativos obtenidos con recursos locales”, aunque ciertamente en esta última la conversión de carne demora un poco más”, subrayó.

El sondeo Alternativas para la alimentación del cerdo criollo cubano con la utilización de recursos locales, desarrollada en la referida institución científica, demostró la factibilidad del “humus de lombriz como alternativa local para la alimentación del cerdo criollo cubano en la etapa de preceba, en sustitución de hasta un 20% de los alimentos convencionales, cuando se dispone de áreas cercanas a la producción de este y se garantiza un manejo apropiado del producto, que asegure un suministro estable a los animales”.

Según los resultados del estudio, los animales a los que se les suministró el 20% de humus de lombriz en la dieta alcanzaron una ganancia media diaria similar a los que fueron alimentados con métodos tradicionales, lo que evidenció un ahorro de insumos.

Fuentes documentales del CIBA detallan que el humus de lombriz o lombricompuesto suministrado a los cerdos se obtuvo en tres meses, mediante un proceso de compostaje realizado con lombrices Eisenia foetida (roja californiana) y Eudrilus eugeniae (roja africana), que utilizan cachaza y estiércol vacuno como sustrato. Transcurrido un mes, el producto se secó al sol por un periodo de tres a cinco días, según las condiciones ambientales. Después de molinado se sometió a un análisis en el Laboratorio Territorial de Suelos de la provincia de Camagüey.

La producción de alimentos de origen animal constituye una tarea priorizada en la provincia de Ciego de Ávila. En el caso específico de la porcicultura, las acciones están encaminadas a la mejora y preservación del cerdo criollo cubano, en lo cual se ha trabajado durante los últimos años para la formación de cotos de reserva genética en el medio rural y el aprovechamiento de alternativas locales de alimentación.

“Los esfuerzos para desarrollar la cría de cerdos tributan al Programa Nacional de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional, particularmente al compromiso de lograr cinco kilogramos de carne per cápita. Asimismo, responden a las estrategias locales dirigidas al autoabastecimiento para satisfacer las necesidades de la población. Son cuestiones en las que continuaremos trabajando al establecer una sinergia entre la ciencia y los sectores productivos, con la finalidad de alcanzar el encadenamiento al que estamos llamados”, enfatizó Jiménez Peña.