La resistencia de la jaba de nailon que, amablemente, me cedió la dependiente del mercado para llevar mis productos constituye una prueba fehaciente del desequilibrio entre la cantidad y el precio de los productos que pude llevar hasta mi casa por 155.00 pesos: un puñado de tomates, pepinos y guayabas, y una mano de plátanos.
Si a alguien le pareciera bastante, me permito el desacuerdo, porque son irracionales los precios de los mercados agropecuarios estatales (MAE), teniendo en cuenta que los productos no son importados (aunque el costo sugiera que sí y, en muchos casos, la calidad continúe siendo una burla al consumidor). Se producen en los alrededores de las ciudades que habitamos o a escasos kilómetros. Tampoco los proveedores aplican precios abusivos a la Empresa de Acopio durante la comercialización.
Vuelvo a mi comentario de hace unos días y reitero el absurdo de vender una yuca al valor de cuatro pesos la libra, en plena cosecha y en una provincia cuyas riquezas, también, emanan de la agricultura.
Incongruencias apreciadas durante la más reciente reunión gubernamental, entre las que destaca la tendencia a adherirse a los precios topados durante la comercialización; y el ambiente de inseguridad y desconfianza suscitado por el alza desmedida de los precios en los sectores estatal y no estatal, sugieren la necesidad de “fertilizar” la mentalidad de quienes fijan los precios para que el rendimiento pueda ser igual o mayor que el de los suelos rojos ferralíticos que nos dan de comer, aunque ahora los alimentos parezcan distantes.
En el hogar, las calles, las redes sociales…, se expresan reclamos que requieren ser evaluados y atendidos, porque la Tarea Ordenamiento, en toda su dimensión, es un proceso flexible que nos permite corregir sobre la marcha, si somos capaces de “tener el oído pegado al pueblo”, como sugiriera recientemente el Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz.
Hay acciones que no admiten demoras, ni justificaciones, lo indica la dinámica de un país que no renuncia al bienestar de su pueblo, ni en las circunstancias más complejas. A propósito y, por si alguien no lo interiorizó, el término ordenamiento deriva de orden, ese al cual nos convocó Raúl para ganar la batalla económica y garantizar la vitalidad del Socialismo. En un discurso que pudiéramos denominar como clásico, por su capacidad de trascender en el tiempo, el también Primer Secretario del Comité Central del Partido acompañó aquel término de otros que tampoco debemos descuidar: disciplina, exigencia y control.
La Tarea Ordenamiento, como reconoció la máxima dirección del país, “constituye el proceso más complejo de la actualización del modelo económico cubano” al implicar transformaciones y la consiguiente resistencia a los cambios, porque los seres humanos somos animales de costumbres y nos adaptamos, pudiera asegurar que hasta nos acomodamos a que el Estado (ese que conformamos nosotros mismos) asumiera una carga que se hace insostenible.
En este contexto no puede haber desentendidos; urge una comunicación oportuna, actuar con extrema sensibilidad y recordar que, como reza un viejo proverbio “Vox populi, voz de Dei” (“la Voz del pueblo, es la voz de Dios”), lo que significa que la voluntad colectiva debe respetarse.
Me atrevo a decir que se ha logrado un entendimiento mayoritario de la tarea, a partir de los procesos de interacción con el pueblo, como resultado del acertado y aceptado estilo de dirección de nuestros máximos líderes. Sin embargo, algunas piezas aún no encajan en este rompecabezas porque parecen distintas del resto. Urge buscar las que ajusten para continuar avanzando en el “juego”.
Lo decía, recientemente, el Portal Avileño en su perfil de Facebook: “Valiosa la apreciación realizada por Marino Murillo Jorge en la reunión de trabajo que tuvo lugar en Ciego de Ávilaeste lunes1ro de febrero, como parte del sistema de trabajo de la máxima dirección del país. El Jefe de la Comisión de Implementación de los Lineamientos, señaló en esta central provincia que ha existido una tendencia a irse a los precios máximos de los productos y no se han hecho las labores de conciliación con los productores, lo que ha repercutido en el incremento de los precios a la población”. Esto, no admite aclaraciones.