Qué hablen los números

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Que hablen los números

Epidemiológicamente hablando, no podríamos esperar un cambio ostensible entre el final de un mes tan tenso y el inicio del otro, en un rebrote de grandes proporciones como este. No pasó al terminar septiembre de 2020 y no está sucediendo ahora, en febrero.

Los primeros siete días del segundo mes del año hablan por sí solos: suman ya 145 casos autóctonos y la secuencia de confirmados por días (18, 4, 7, 39, 10, 28 y 39) invita a no hacernos ilusiones, ni siquiera cuando se reporten menos de 10 casos en una jornada. A la siguiente se “compensa” la estadística.

Al cierre del 7 de febrero la provincia acumula 1 509 casos positivos a la COVID-19, contados desde marzo del pasado año. De ellos 96 corresponden a la primera etapa, 808 a la segunda y 605 a la actual. ¿Se entiende lo que gritan las estadísticas? Este no es un rebrote más, podría ser El Rebrote, al paso que vamos.

Es cierto que la decisión de restringir todavía más el número de vuelos y aislar en centros estatales a todos los viajeros eliminará una de las principales fuentes de contagio, y los números específicos (de importados) y generales deberán bajar. Sin embargo, el “mal” ya está hecho, el virus circula hoy en todos los municipios, hay trasmisión intrafamiliar y hasta comunitaria en pequeños núcleos. Sumemos la movilidad, que continúa siendo muy alta para la situación actual. Lo decíamos, los positivos están conectando demasiados contactos, las cadenas son largas.

Pongamos como ejemplo los 39 casos autóctonos reportados este domingo, que aportaron a la vigilancia nada más y nada menos que ¡430! contactos. ¡Once personas conectadas por cada positivo! Si alguien quería evidencias del incumplimiento de protocolos higiénicos, y del ir y venir de la gente, considérese servido con estos datos.

De los 39 casos autóctonos de la jornada, ocho son menores de 19 años. Este segmento etario continúa creciendo, a despecho de los múltiples llamados de alerta a la familia. Me perdonarán (o no) la digresión, pero no fueron pocos los que, cuando aún no se había detenido el curso escolar, pidieron, exigieron y hasta despotricaron de las autoridades provinciales por “seguir esperando”. Sin embargo, la realidad ha demostrado que los niños y adolescentes se contagian en sus hogares, en sus barrios, pues no están yendo a la escuela pero siguen en las calles.

En lo que va de año, Morón (244) y Ciego de Ávila (205) se reafirman como los epicentros de la trasmisión, toda vez que Majagua (61) parece haber controlado el contagio. Contrario a lo sucedido en el anterior rebrote, Chambas ha diagnosticado a 14 positivos (+11), Primero de Enero a nueve (+8) y Baraguá a 21 (+5). Hay un componente aleatorio, casual, y lo sabemos. Mas, la lectura que podemos hacer de estos números es que en estos municipios la vigilancia no ha sido como en el primer momento.

En sentido general, excepto la cabecera provincial, el resto de los municipios incrementa el número de confirmados con respecto al primer rebrote, otra expresión de la compleja y tensa situación epidemiológica en la provincia.

No olvidemos que estamos haciendo la comparación con un período de tres meses (septiembre-noviembre) en el que se abrieron tres eventos enormes: evento en el Hospital provincial, en la Ciudad y en Canaleta. Sin eventos declarados en 2021, las cifras globales dan miedo.

tabla1

Si no se han declarado eventos en la actual etapa es porque, al parecer, la metodología cambió un poco, sin dejar de considerar que otros territorios tienen un panorama más complicado. No obstante, bastaría correlacionar dos datos para entender que sí tenemos trasmisión comunitaria.

Tomemos como ejemplo el municipio Ciego de Ávila. En lo que va de año ha diagnosticado a 25 casos importados, los que, en buena lid, podrían ser los casos índices de largas cadenas de trasmisión. Tan largas como 205 casos autóctonos en igual período. Si los números fueran proporcionales, diríamos que cada importado contagió a ocho contactos, aunque ya sabemos que eso no es lo que está sucediendo.

A juzgar por la cifra de muestras diarias y los sospechosos y contactos aislados, a la provincia podría restarle otra semana de reportes con dos cifras. Al cierre del 7 de febrero permanecían ingresados 578 personas (77 sospechosos, 370 contactos y 96 confirmados). En total se mantienen activos 121 pacientes, en instituciones de salud camagüeyanas y avileñas, y 148 controles de foco.

Así, todavía no hay razones para creer que comencemos a descender la curva de contagios. El primer rebrote nos costó dos meses y medio controlarlo. Este va por el mismo camino.

 

 

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