El desabastecimiento, la falta de correspondencia entre calidad y precios, y la tendencia a comercializar a costos excesivos, continúan limitando el acceso de los pobladores del municipio de Morón a productos agrícolas necesarios para la alimentación.
Durante un recorrido por mercados agropecuarios estatales (MAE), el Portal del Ciudadano Avileño, constató la carencia total de ofertas en varios establecimientos y la escasez en otros; la mala calidad de productos como plátanos, pepinos y tomates (los únicos disponibles y comercializados a precios desacoplados con sus condiciones); dificultades con la higiene y problemas en la infraestructura de los locales que afectan la conservación de los productos y la seguridad y protección.
¡“VIANDAZOS”!
Clientes del MAE número Cuatro, La Zanahoria, coincidieron al denunciar la mala calidad de alimentos como el plátano de fruta que “en estos momentos venden como segunda categoría pero, a juzgar por sus condiciones, son de cuarta o quinta, y están muy caros al precio de 2.55 pesos la libra”.
Yunier Rodríguez, quien habitualmente acude a esa placita, se mostró inconforme por la inexistencia de correlación entre la calidad y el precio de los pepinos (5.00 pesos la libra), así como el insuficiente abastecimiento, “una vez a la semana y no satisfacen las demandas de la población”.
“La calidad muchas veces es aceptable; otras no, porque los productos no tienen las condiciones requeridas”, precisó Avelino Pérez.
En tanto, Antonio Ávila se sintió satisfecho con la calidad y el importe devengado por los plátanos y pepinos que pudo adquirir en el MAE No. 4 de la Ciudad del Gallo.
Verónica Almaguer Gerán, administradora de esa entidad, consideró que existe un equilibrio entre la calidad y los precios fijados para su expendio. Al referirse a los plátanos que se vendían en el momento de la entrevista, declaró: “si es de segunda, no puede tener condiciones de primera. Lo recibimos como segunda calidad y ¡segunda es! Nosotros vendemos al precio que trae la factura”.
Pero, las facultades y responsabilidades de los administradores de MAE no son tan limitadas. Lupe Franco Ramírez, técnico en Gestión de la Calidad de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Acopio Morón, precisó que “cuando los productos están en los mercados, los “placeros” asumen la responsabilidad y el rol de gestores de la calidad. Si los alimentos pierden propiedades, como consecuencia del paso de los días, la deshidratación por el calor y las deficientes condiciones de almacenamiento, loa administradores están autorizados a variar la categoría, previa consulta con la Empresa.
OTRAS CARENCIAS EN EL MERCADO
La situación de los mercados en el territorio moronense rebasa los problemas con el abastecimiento, la calidad y los precios. Numerosas instalaciones exhiben una imagen inapropiada para ofrecer servicios acordes a las exigencias de la población, como consecuencia del deterioro de la infraestructura de los locales, afectaciones provocadas por fenómenos climatológicos, la falta de higiene, así como el descuido y la carencia de iniciativa de directivos y trabajadores para lograr transformaciones con recursos que no requieren grandes inversiones.
Las roturas en cubiertas de fibrocemento y mallas ponen en riesgo la seguridad, favorecen el deterioro de los productos al estar expuestos a condiciones ambientales, y amenazan la salud de los consumidores ante el probable contacto de vectores con los alimentos.
En mercados agropecuarios como el número Ocho, La Remolacha, se apreció suciedad, acumulación de basura y residuos en descomposición, condiciones favorables para la proliferación de vectores. Mientras, los tres trabajadores presentes en el momento del recorrido, se mostraban ociosos en sus puestos de trabajo, debido a la carencia total de ofertas.
“Los problemas con la infraestructura del mercado tienen un impacto negativo en la calidad del servicio y la seguridad. Son conocidos por la Empresa, sin embargo, no acaban de solucionarlos”, subrayó Yoankiel Lorenzo Rodríguez, el administrador.
En su discurso, el directivo de este MAE expresa una contradicción: “es frecuente el abastecimiento. La semana pasada tuvimos pepino y un poco de yuca. No es suficiente para satisfacer las demandas de la población en un reparto tan grande como Carrazana.
José Carlos Duque García, quien reside en las proximidades de ese establecimiento comercial, afirma que “el suministro es muy, muy malo, a veces transcurren hasta cuatro días sin que traigan nada. Acopio viene cuando le parece”.
No obstante, el cliente señaló que hace unos días ofertaron tomates con muy buena calidad y se mostró complacido con la compra. Valora de positiva la disminución de los precios en algunos productos como la col, que tiene una alta demanda entre los consumidores.
Sorprendido ante la visita Norbelis Valenzuela Luis, administrador del MAE número 5, La Piña, reconoce que el desabastecimiento es más frecuente a inicios de semana y explica la situación de su placita, donde solo ofertaban algunos tomates verdes y no había clientes, sin embargo, la suciedad dominaba el ambiente:
“Siempre limpiamos el mercado antes de comenzar el servicio, nuestros clientes pueden corroborarlo; pero hoy, no tenemos agua”.
Sobre las condiciones del establecimiento, donde también se aprecian afectaciones en la imagen, cubierta y malla, Valenzuela Luis aclaró que la solución no depende de ellos. “En estas circunstancias nosotros procuramos resguardar los productos para evitar hechos lamentables. También existen convenios con la comunidad, los CDR y la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) para la protección de este objetivo económico. No tengo conocimiento sobre proyecciones de la empresa para mejorar el local”.
En el contexto de la implementación de la Tarea Ordenamiento, las máximas autoridades de la provincia avileña han señalado, reiteradas veces, que “el incremento de los precios debe corresponderse con el mejoramiento de la imagen, la ampliación de las ofertas y la calidad de los servicios, tanto del sector estatal como no estatal, de modo que se logre mayor satisfacción en los clientes y se favorezca la competitividad entre las diferentes formas de gestión concebidas en el modelo económico cubano”.
Sin embargo, la técnico en Gestión de la Calidad de la UEB Acopio Morón, al ser interrogada sobre las proyecciones de su entidad para el mejoramiento de la infraestructura de los MAE, consideró que no es el momento oportuno para abordar el asunto:
“La situación está muy difícil, de eso me parece que no debemos ni hablar ahora. Pasó un ciclón por aquí y hay muchos mercados todavía con afectaciones. Los mismos trabajadores han arreglado las cubiertas, reparado las mallas y pintado los establecimientos. Pese a las condiciones desfavorables, continuamos ahí, brindando un servicio al pueblo y haciendo nuestro mejor esfuerzo. No tenemos condiciones para mejorar la imagen de los establecimientos”, destacó.
PASO CORTO, VISTA LARGA
El abastecimiento de productos en Morón, territorio con una población superior a los 70 500 habitantes, se hace extremadamente complejo, “para lograr las 30 libras per cápita se necesita bastante comida y solo tenemos seis cooperativas de producción agropecuaria que tributan al suministro de los 22 MAE existentes en los municipios, lo que nos obliga a buscar considerables volúmenes de productos fuera de nuestra demarcación, con el objetivo de contribuir a satisfacer las demandas del pueblo. En ese empeño continuamos realizando acciones y estableciendo contratos con productores estatales y privados”, explica Juan José Heras Rivero, director de la UEB Acopio Morón.
Aseguró el directivo que “durante el mes de enero fueron comercializados, por ejemplo, más de 1 000 quintales de col, piña y yuca, y una cifra superior a los 700 de tomates”.
Al referirse a la calidad de los productos, señaló que “no depende solo de nosotros, sino de la atención del campesino a los cultivos, en circunstancias marcadas por limitaciones de insumos y fertilizantes”.
En otro momento de su disertación aclaró que “el que viole los listados de precios es severamente sancionado pues no se puede perdonar nada indebido, teniendo en cuenta que lo relativo a este asunto está debidamente legislado y orientado”.
Del mismo modo, el que venda a los precios topados está violando lo dispuesto y, es sabido que “nuestra empresa tiene que comprar de acuerdo con las condiciones de los productos y expenderlos según los parámetros que rigen la calidad”.
Sin embargo, debajo de murales que promulgan los derechos de los consumidores, los clientes, no pocas veces, son testigos del quebrantamiento de las leyes y sienten que sus derechos son vejados. Ni siquiera el rigor de normativas como el Decreto Ley 30/21 logra contener las violaciones a la correlación calidad-precios, que por su condición de reiteradas pudieran tipificarse como delitos de Incumplimiento de las Normas de Protección al Consumidor.
Tampoco podemos desestimar que detrás de estas conductas se oculten hechos de Enriquecimiento Ilícito, resultantes de posibles adulteraciones de precios.
No menos perjudiciales resultan la falta de gestión, el irrespeto a las normas de calidad y contradicciones con las políticas establecidas para la implementación de la Tarea Ordenamiento, actitudes inconsecuentes que crean un abismo entre productos y consumidores.