24 de febrero y el ardiente amor por Cuba

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24 de febrero y el ardiente amor por Cuba

Tiene la historia de la nación cubana el mérito de ser raíz, esencia y continuidad en un pueblo que generación tras generación la mantiene viva. Sin chovinismo ni altanería, el orgullo nos embarga, al rememorar desde el la génesis, todas las acciones que, en nombre de la libertad, hijos de esta tierra han protagonizado.

Cuando iniciada la gesta independentista en 1868 el Padre de la Patria, Carlos Manuel de Céspedes, afirmaba que  “Nuestro lema es y será siempre: Independencia o Muerte. Cuba no solo tiene que ser libre, sino que no puede ya volver a ser esclava”, era como si predijera el camino a transitar.

De obstáculos y divisiones, se vio preñado ese camino, a lo largo de diez pujantes años, que concluyeron con la firma de un pacto, a su vez revocado por la dignidad y el coraje del Titán de Bronce y quienes mantuvieron la convicción de no aceptar paz sin independencia.

Fue entonces que, haciendo almas y uniendo voluntades, tras una tregua fecunda y acciones que a todas luces anunciaban que no se había renunciado al propósito supremo de ver libre del yugo colonial a la Patria, el 24 de febrero de 1895, bajo la dirección de José Martí, se reanudó la revolución gestada en La Demajagua por Céspedes. Esa guerra socavó el poder militar, político y económico español en Cuba y demostró la fuerza de la unidad que había superado los escollos de la primera Guerra de Independencia.

El reinicio de la guerra el 24 de febrero de 1895 y toda su trayectoria sirvió de enseñanza para tiempos posteriores desde el punto de vista político-militar, sobre todo en cuanto a la necesidad de un mando único.

España, ya vencida, era incapaz de mantener a Cuba como colonia. Y fue entonces cuando, en 1898, se produjo la intervención norteamericana en este país, frustrando la independencia y la libertad peleadas durante 30 años por los cubanos.

Como fruto de esa intervención, calificada por Vladimir Ilich Lenin como la primera guerra imperialista registrada en la historia de la humanidad, Cuba dejó de ser colonia de España, pero pasó a neocolonia de los Estados Unidos. El país quedaba atado a los designios del naciente imperialismo (https://bit.ly/2NXSJmU)

Sin embargo ¿quién dijo que el sueño trunco no se convertiría en realidad? Tardaría años y costaría derramar mucha más sangre, pero el 1ero de enero de 1959, se romperían definitivamente las cadenas que nos privaron durante siglos, de la total libertad. La libertad que hoy compartimos y disfrutamos. La libertad por la que hombres y mujeres entregaron su vida, su tiempo…La libertad que no es negociable y que por el amor ardiente por Cuba, si fuera necesario, volveremos a conquistar con el filo del machete.