El encantador de aves

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El encantador de aves

Hasta la Loma de Cunagua llevó a un amigo para mostrarle un tocororo, “nunca imaginé que estuviera tan cerca; le hubiese evitado un viaje tan largo”, comenta Odey Martínez Llanes, especialista de la Empresa para la Protección de la Flora y la Fauna de Ciego de Ávila.

El ave nacional cubana está entre las 99 especies que ha identificado en el área del Parque Humedal Grande, del municipio de Morón, al evaluar las potencialidades de la avifauna, “porque, sin lugar a dudas, estos son los vertebrados terrestres más vistosos y carismáticos, por su colorido, tamaño y conducta”, asegura este biólogo, con años de experiencia en la observación de aves que le permiten distinguir los sonidos y advertirlas con facilidad en la espesura de los montes.

El encantador de aves

 

Sorprende por su capacidad para atraerlas, mediante la imitación de sonidos y el empleo de una bocina que registra disímiles cantos. Así “encanta” a las aves para confirmar su presencia y estudiarlas.

“En el Parque hay 18 taxas endémicas (10 endémicas y ocho subespecies endémicas, aclara), incluidas la cartacuba, el tocororo, el carpintero verde, totí, solibio, carpintero jabao y el arriero. Es frecuente, además, avistar bijiritas, que son especies migratorias. Las personas tienen especial interés por el tocororo, con certeza puedo afirmar que muchos en Morón no lo han visto, solo en libros, y aquí podrán observarlo”, expresa emocionado.

La grulla cubana, especie en peligro de extinción “que se la pierden muchos observadores de aves porque vive en lugares de difícil acceso”, fue uno de los descubrimientos de Odey en el Parque Humedal Grande, donde asevera se encuentra la segunda población más importante identificada en el país, después de la existente en la Isla de la Juventud.

El encantador de aves

Conservarla allí, requiere de un adecuado manejo, “la realización de quemas controladas para que al día siguiente acuda a ese sitio en busca de animales muertos que facilitan su alimentación”. Han observado tres ejemplares en un lugar e igual cantidad en otro, los cuales se encuentran en la etapa reproductiva. Actualmente, realizan comprobaciones para cerciorarse de que no sean los mismos.

Mientras recorre algunos senderos del Parque Humedal Grande, en busca del carpintero jabao, el observador de aves nos comenta sobre el trabajo que se efectúa con los niños para sensibilizarlos con el cuidado de las diferentes especies. Lo logran mediante técnicas de interpretación, con un lenguaje ameno y acorde a sus edades, lo que facilita el entendimiento.

“La tenencia de aves en cautiverio responde, también, a un problema cultural, por tanto, hay que educar, fundamentalmente a las nuevas generaciones, para ir modificando los hábitos. Por eso considero que debemos trabajar con los niños primeros”, señala.

Consciente de los problemas existentes en el archipiélago cubano con la cacería de especies con valor estético y el comercio ilegal (fundamentalmente de cotorras, azulejos, azulejones, mariposas, degollados, tomeguines del pinar y de la tierra, cabreros y negritos), expresa que “tenemos que seguir ganando conciencia sobre la necesidad de observar las aves en su medio y no apresarlas, porque esto contraviene las leyes nacionales destinadas a su protección y afecta otros procesos naturales.

“Las más depredadas, casi todas son granívoras y contribuyen a la reforestación, al esparcir semillas por los bosques mientras se alimentan. Otras, como los cernícalos, se alimentan de insectos que pueden constituir plagas para algunas plantaciones. Es importante que las personas conozcan y eso se logra mediante la educación ambiental”, enfatiza.

La identificación y el conocimiento sobre la avifauna permite, además, su protección en situaciones excepcionales. “Por ejemplo, en un lugar donde haya zunzunes, al día siguiente del azote de un huracán, tendremos que poner alimentadores (comederos) para garantizar su alimentación y, por ende, la preservación de la especie”.

Asegura Odey que, en sus 11 hectáreas, el Parque Humedal Grande presentará la avifauna como uno de los principales atractivos para nacional y extranjero, por tanto, se prevé el diseño un producto turístico destinado a la observación de aves, opción muy interesante para canadienses, estadounidenses y británicos. Mientras, para los nativos, será la oportunidad de apreciar especies como el tocororo y repensar sobre la conveniencia de mantener las aves en su ambiente natural.