En la implementación de las estrategias gubernamentales y el cumplimiento de las decisiones del Consejo de Defensa para contener el contagio y la propagación de la Covid-19, tienen una participación destacada los trabajadores de la Agencia de Seguridad y Protección (SEPROC) en el municipio de Morón, pendientes del acatamiento de las medidas higiénico-sanitarias en los objetivos económicos y sociales bajo su custodia.
Especial significación adquiere su labor en el Hospital General Docente Roberto Rodríguez Fernández y en los centros de aislamiento, al mantener la seguridad de estos lugares, destinados a la atención a pacientes positivos, sospechosos y contactos.
“Tenemos más de un centenar de agentes de seguridad y protección (ASP) cumpliendo estas misiones y valoramos de positivo el trabajo que desarrollan. Hasta la fecha ninguno se ha contagiado con la enfermedad. Continuamos perfeccionando su desempeño y reforzando las acciones de control en aras de mejorar la calidad de los servicios, asegurar el cuidado de estos sitios y exigir el acatamiento de las medidas de bioseguridad”, destacó Justo Basanta Hernández, subdirector de SEPROC en el territorio de Morón.
Yipsi Davis Toledo, jefa del Área No. 3, donde se encuentra enclavado el hospital de campaña y uno de los centros de aislamiento (Facultad de Ciencias Médicas Arley Hernández Moreira), señala que están cumpliendo con las indicaciones de los consejos de defensa Provincial y Municipal:
“La restricción del acceso ha constituido una ardua tarea frente a la arraigada costumbre de asistir a los hospitales sin razones debidamente justificadas, lo que ha exigido actuar con rigor para hacer cumplir esta orientación del Ministerio de Salud Pública y sensibilizar al pueblo.
“Resultó complicado al principio, pero se ha logrado efectividad y la población, poco a poco, ha comprendido que es para resguardarnos. Además, mantenemos las labores habituales encaminadas a la protección de bienes y personas”.
Ubicada en una de las posiciones interiores del hospital, la ASP Maribel Hernández Vega subraya que las personas “tienen que cumplir con las regulaciones. La mayoría se muestra disciplinada y es consciente de la necesidad de respetarlas”.
“Hemos logrado tener un ASP en cada piso. La Agencia ha incrementado los servicios, de manera progresiva, para poder mejorar la disciplina y regular la entrada de personas y el movimiento hacia las áreas de mayor riesgo. Estamos respondiendo al llamado de la máxima dirección del país, que a los hospitales asistan solo las personas que lo requieran para minimizar los riesgos de contagio”, enfatizó el licenciado Osvaldo Ajete Morejón, trabajador del Hospital de Morón.
El doctor Juan Carlos Villares Vázquez, director de la referida institución de salud, calificó de imprescindible el desempeño de SEPROC, “tanto en la salvaguarda de los bienes, lo cual ha tenido impacto positivo en la disminución de los hechos delictivos, como en el cumplimiento de las medidas de bioseguridad. El perfeccionamiento de la labor conjunta y las acciones de capacitación, permiten alcanzar estándares superiores de control”.
PROTECTORES Y PROTEGIDOS
En consecuencia con los riesgos que asumen durante su desempeño, el hospital moronense garantiza el chequeo sistemático del personal de SEPROC que presta servicios en sus espacios.
“El 100% tiene realizada las pruebas de PCR-RT. También se incorporan al uso del Nasalferón y la Biomodulina T (esta última aplicada al personal vulnerable: mayores de 60 años y con enfermedades de base), con el objetivo de fortalecer su sistema inmunológico”, aseguró Villares Vázquez.
El ASP Gilbert Padrón Moreno confirma que la institución se ha responsabilizado con la realización de los PCR-RT y el suministro de inmunógenos.
La pandemia de Covid-19 también ha representado un desafío para el personal de la Agencia SEPROC, cuya labor resulta trascendental en la preservación de los bienes económicos y sociales del Estado cubano, y la ejecución de las medidas adoptadas en el país para contener la transmisión el virus del SARS-CoV-2.
La humildad y sencillez distingue a estos hombres y mujeres, de escasas palabras y sobrada voluntad para hacer. En la batalla por la vida constituyen un baluarte, aunque en ocasiones pasen inadvertidos y, ni siquiera ellos mismos, reconozcan la grandeza de su labor.