La pandemia me privó de la oportunidad de verle el rostro mientras respondía mis interrogantes, sin embargo, en los audios enviados por Whatssapp pude sentir su voz, tomada por la pasión al hablar de Tina Modotti, otro de los “caminos” para llegar a Mella, si acaso no es al revés, a juzgar por sus propias palabras.

“Siempre me dije, como investigadora, que antes de escribir algo relacionado propiamente con la vida de Julio Antonio Mella, quería llegar a él a través de otra figura. Tina, con esa magia e historia que discurre entre la leyenda y la realidad, controvertida y transgresora de su tiempo, fue la ruta que elegí para reencontrarlo.”

Reina de la Caridad Torres Pérez, autora del libro Tina Modotti. Mucho más que un cuerpo desnudo, publicado recientemente por la Editorial Pablo de la Torriente Brau, reconoce en las cualidades de la italiana otra razón para crear una obra que “bebe” de la savia de investigaciones, artículos y análisis precedentes, enriquecidos con la información que fue capaz de acopiar y con sus propias valoraciones.

“La motivación esencial―insistió―fue llegar hasta el corazón de Mella, a través de la piel y el alma de Tina. Aunque es ella una figura admirable por anticiparse a su época, por sus condiciones, su pensamiento, la forma en que asimiló diferentes culturas y la inteligencia natural. A pesar de no contar con una elevada instrucción académica llegó a dominar seis idiomas y se ejercitó como traductora.

“Me incitaron, además, su osadía, audacia y los cuestionamientos generados por su personalidad. Tina es un enigma, como las grandes figuras de la Historia, pero es, sobre todo, una mujer emancipada.

“Fue atrevida,posó desnuda para fotógrafos, como Edward Weston, quien fue su maestro y amante.  Su figura está muy asociada a esta faceta, al atrevimiento de despojarse de vestuarios y mostrar su rostro en instantáneas, algo inusual en la época, sin embargo, ella lo hizo para otros artistas, incluidos Diego Rivera y Roubaix de L’ Abrie Richey (Robo, su primer esposo, quien la dibujó desarropada). Antes, había descubierto su cuerpo, envuelto solo en encajes, para fotogramas del cine silente. ¡Lo hizo! Fue su manera de decir ‛esa soy yo y estoy aquí’, sin importarle que algunos la tildaran, injustamente, hasta de prostituta.

“Pero yo veo en ella más que eso. Quiero que los jóvenes la asuman como la comunista, revolucionaria, fotógrafa y pionera del fotorreportaje en América, soldado y enfermera de la Guerra Civil Española (calificada hasta de espía). He querido mostrar a esta mujer y cuánto hizo, con el objetivo de que su figura no se reduzca tampoco a la novia de Mella, su compañera de cuatro meses, su última pareja.

“Para mí fue una combatiente y mujer con talento extraordinario, privada de la maternidad por cuestiones biológicas, sin embargo, atraída y con extrema sensibilidad para los niños. Así lo demostró al integrar el Socorro Rojo Internacional, oportunidad en la que brindó su amor y atención rescatando a numerosos infantes heridos en bombardeos.”

 “Como novedades, el texto propone una contextualización de la personalidad de Modotti, a partir de un análisis histórico-filosófico, y el acercamiento a facetaspoco difundidas en Cuba. El libro destaca su labor como fotógrafa, el significado que tuvo como expresión artística y herramienta de lucha contra el imperialismo y el capitalismo.”

La obra es el resultado de años de búsqueda en bibliotecas, hemerotecas e internet, muchas horas de lectura y revisiones reiteradas que le permitieron triangular la información. No dispuso de fuentes personales, nadie que hubiese conocido a Tina. “No es una compilación, como tampoco una biografía; está más próximo al ensayo”, precisa.

Asegura Reina que fue indispensable la cooperación de destacados intelectuales y amigos, quienes le dieron a beber de su caudal, y aportaron fotos y textos. Menciona, con admiración y profundo agradecimiento, a Adys Cupull y Froilán González, sus “guías espirituales en la devoción por Mella y Tina.”

“A través de Ramón Rodríguez, profesor de la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas, contacté con Maricela Barrientos, una mexicana a quien conté sobre mi proyecto y se dispuso a ayudarme desde la nación azteca. Fue hasta la Universidad de Chapingo, en México, pidió autorización e hizo fotos en la capilla donde se exponen los murales del destacado artista latinoamericano Diego Rivera, en los cuales sobresale la imagen de Tina Modotti.

“Pero Maricela no se quedó ahí, llegó hasta su sepultura, en el cementerio de Dolores, en México. Luego, en uno de sus correos me comentó que la Modotti era reconocida en su país, sin embargo, fui yo quien le despertó el interés por esa figura. Incluso, me envió fotos del momento en que depositó un ramo de claveles, por iniciativa suya y también en mi nombre.”

En el año en que se cumplen 125 años de su natalicio, la italiana resurge desde las letras de una cubana que tiene mucho más que contar sobre su vida corta e intensa. En todo el país se realiza la distribución del libro, mientras su autora sueña con presentarlo, aunque solo sea en un marco reducido, por las limitaciones que impone la pandemia de la COVID-19.

Una novela, donde se mezclen elementos de realidad y ficción, pudiera ser la próxima entrega de Reina sobre la vida de la Modotti. “Antes ―precisa― verá la luz, en cuanto sea posible, pero también bajo el sello de la Editorial Pablo de la Torriente, un libro sobre Mella”.

Por el momento, se deleita con el resultado de un ejercicio extraordinario de búsqueda de información, síntesis, análisis y selección, que le permitió acumular conocimientos y ponerse a prueba como investigadora y escritora, dos categorías que le crean gran compromiso y responsabilidad. De cualquier manera, asegura, los lectores tendrán la última palabra.

“En el orden personal, si antes amaba a Mella, después de conocer a Tina lo amo más. Y a ella, si antes la admiraba, ahora la envidio, por ser quien fue y por esa relación corta, pero tempestuosa y volcánica, tan carnal e ideal. Es una envidia sana, convertida en homenaje”, expresa emocionada.

“Tina era mi paradigma y ahora se confirma. Antes, sentía que algunas cuestiones personales me acercaban a ella y después de hurgar en su vida me he dado cuenta de que, salvando las distancias y sin aspiración a equipararme, desearía ser Tina.

“Una vez, Ángel Cabrera, historiador de la ciudad de Ciego de Ávila, durante una conferencia a teatro lleno, en la Universidad de Ciencias Médicas, dijo que yo era la novia avileña de Mella. Sé que él (Julio Antonio) tiene muchísimas novias pero, yo soy la suya aquí. Cada vez que voy a La Habana ―acompañada por Pastor, mi compañero en la vida― visito su tumba y conversamos. Ser la novia de Mella es, también, ser la Tina Modotti de estos tiempos”.