Comunidades costeras de los litorales norte y sur de la provincia de Ciego de Ávila sufrirán afectaciones, parciales o totales, a mediano y largo plazos, como consecuencia del ascenso del nivel medio del mar, provocado por el cambio climático, alertó Vania Vidal Olivera, investigadora agregado del Centro de Investigaciones de Bioalimentos (CIBA).
Los modelos utilizados por la comunidad científica para la estimación del clima futuro, en diferentes escenarios, indican que para el año 2050 las aguas marinas ascenderán 25 centímetros y, hasta el 2100, pudieran subir otros 70, lo que provocará afectaciones totales o parciales en comunidades costeras.
Asentamientos poblacionales de Punta Alegre presentarán perjuicios en ambos escenarios; Manatí, perteneciente al municipio de Morón, quedará íntegramente sumergido, en el plazo mayor; y el asentamiento temporal Playa de Cunagua, en la localidad de Bolivia, tendrá afectaciones parciales en 2 050 y totales en 2 100, explicó Vidal Olivera, en referencia a estudios del Instituto de Planificación Física.
Estas son zonas bajas, al igual que Júcaro, donde se prevén daños en ambos contextos, lo cual confirma que los litorales sufrirán los primeros embates del cambio climático.
En correspondencia con lo dispuesto en el Plan del estado cubano para el enfrentamiento al cambio climático (Tarea Vida), en el último cuatrienio la provincia de Ciego de Ávila edificó más de un centenar de viviendas para reducir los riesgos y vulnerabilidades en los poblados de Punta Alegre y Júcaro.
Rafael Pérez Carmenate, delegado del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) en el territorio avileño, subrayó que, en el primer trimestre del actual año, se logró la terminación de seis de los 15 hogares previstos a construir en el territorio puntalegrense.
En la comunidad de Punta Alegre se ejecutará, también, el proyecto internacional Construyendo la resiliencia costera en Cuba a través de soluciones naturales para la adaptación al cambio climático, que contempla, también, asentamientos costeros de Caibarién (Villa Clara), Yaguajay (Sancti Spíritus) y Nuevitas (Camagüey).
En estas áreas se implementarán soluciones naturales para ajustarse al cambio climático: rehabilitación de costas, creación de fincas resilientes, planificación de acciones en comunidades y ecosistemas vulnerables, y la incorporación del enfoque integrado de reducción de riesgos de desastre en los programas de desarrollo local, destacó Yamilé Jiménez Peña, subdirectora de Investigaciones del CIBA.