Morón: donde late un corazón gigantesco

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Morón: donde late un corazón gigantesco

Fotos:Cortesía del Grupo de Ayuda El Corazón de Morón.

 

Al principio fue solo una iniciativa familiar, con grandes intenciones e impulsada por los más jóvenes, quienes decidieron ayudar a los enfermos con el virus del SARS-CoV-2, en pleno pico pandémico. Luego, la buena voluntad se volvió “contagiosa”, se unieron parientes y amigos, hasta surgir un grupo de Whatsapp, en la actualidad con más de 200 miembros, identificados con el nombre de El corazón de Morón.

 

A través de las redes, el equipo de asistencia logró rebasar las fronteras locales y sumar amigos de todo el territorio avileño. Tampoco tardaron en unirse personas de otras provincias, como La Habana y Camagüey, en su mayoría atados a la Ciudad del Gallo por lazos consanguíneos y sensibilizados con las tensiones epidemiológicas de los últimos meses.

Los aportes han posibilitado efectuar tres donaciones al Hospital General Docente Provincial Roberto Rodríguez Fernández, donde beneficiaron a pacientes de las salas de Medicina de Hombres, Medicina de Mujeres, Pediatría y Gestantes. Debidamente protegido, Anley Regueira Hernández, el joven de 19 años que lidera el grupo, ha accedido a esas áreas para llevar, también, mensajes de aliento, esperanza y unidad.

Aflora así la sensibilidad de los cubanos, en un grupo cívico que tiene como única política el amor y la solidaridad, de modo que son bienvenidos todos los que estén dispuestos a tender sus manos al prójimo.

“No preguntamos de dónde vienen ni cómo piensan, cuáles son las preferencias o credos, como tampoco admitimos criterios ajenos a nuestra labor, es algo que definimos con claridad y nos ha funcionado. Logramos integrar desde los esfuerzos de un babalao hasta los de un cristiano, personas con diferentes tendencias políticas y de diversos estratos sociales.

“Es un grupo inclusivo, con presencia de profesionales, amas de casa, practicantes de diferentes religiones, individuos con preferencias sexuales diversas…Contamos con doctoras del Instituto Nacional de Gastroenterología, médicos del Hospital Militar Amalia Simoni, de la provincia de Camagüey; miembros de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y periodistas de la capital del país.

Incluso, se han unido instituciones políticas y de masas, movidos por sentimientos de amor y solidaridad. Las reglas no admiten discursos políticos ni de odio, de ningún tipo”, explicó Elaine García Cañizares, coordinadora del grupo.

Al multiplicarse las ayudas al hospital, El corazón de Morón se propuso extender sus acciones al Centro de Atención Psicopedagógica, las instituciones destinadas para aislamiento, los hogares de Ancianos y Materno, y la Escuela Frank País, todos de la localidad. En los próximos días, llegarán hasta la villa recreativa El Fortín, donde atienden a niños y embarazadas, de bajo riesgo, contagiados con la COVID-19.

Considerando la presencia de infantes y la proximidad del curso escolar, efectuarán un donativo consistente en materiales escolares, fundamentalmente, para despertar la sensibilidad y hacer más placentera su estancia en el lugar.

Buena parte de las entregas efectuadas en el territorio moronense están vinculadas al accionar de este grupo, cuyos aportes fundamentales son artículos de aseo personal y alimentos, acopiados en diferentes puntos del municipio, para su posterior distribución.

En tiempos de escasez prevalecen los valores humanos y la disposición para compartir. Son muchas las donaciones recibidas a diario en la Fundación Nicolás Guillén, sede local de la UNEAC; a través del Proyecto Cultural Yambambó, en el reparto El Vaquerito; en la casa de la reconocida profesora Yamila Tomasa Ferrá y en domicilios de los consejos populares Norte, Sur, Patria y Turiguanó, todos del municipio de Morón.

Elaine, con la ternura que emana del alma de una escritora de literatura infantil, precisó que también ofrecen ayudas con medicamentos, que no son cedidos a instituciones de salud, pero sí repartidos entre personas que los solicitan. “Somos cuidadosos para no servir de puente a individuos que pudieran estar vinculadas a la comercialización ilegal de fármacos, un acto que repudiamos, desde nuestra esencia”, enfatizó.

Antes de donar cualquier medicina siempre consultamos con médicos y enfermeras. En caso de que no estén aptos para el consumo humano, los entregamos a grupos de protección animal, con quienes tenemos vínculos, y así se asegura el valor de uso.

García Cañizares considera muchos corazones en uno que es gigantesco y late con fuerza, el de Morón.

Morón: donde late un corazón gigantesco

 

 

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