La Empresa Porcina en la provincia de Ciego de Ávila adopta estrategias para obtener alimentos alternativos que permitan recuperar las producciones, destinadas a satisfacer demandas de la economía nacional y la materialización del per cápita mensual de cinco kilogramos de productos proteicos.
Ante el déficit de alimento animal, causa principal de la disminución en la cría de cerdos, esa entidad promueve la contratación de desperdicios de cosechas, industriales y de alimentos elaborados, comentó Orlando Pérez Pereira, delegado provincial del Ministerio de la Agricultura.
A ello se suma, dijo, el aprovechamiento de recursos naturales como el palmiche, cuya gestión estará a cargo de dos brigadas de desmochadores de palmas, constituidas en los municipios de Florencia y Ciego de Ávila, cuando se garanticen las condiciones de seguridad y salud del trabajo requeridas para sus integrantes.
En la provincia están identificados 55 productores privados, quienes disponen de un total de 803.8 hectáreas de tierra, 93.1 de las cuales se encuentran cultivadas de viandas y granos para el consumo de esos animales; y se agiliza la asignación a los solicitantes para estimular las producciones, argumentó el directivo.
Se introduce la siembra de plantas proteicas para el consumo directo y el procesamiento en una fábrica de pienso líquido, esta última abastecida también por la Estación de Pastos y Forrajes, el Centro de Bioplantas y el Grupo Azucarero Azcuba, como resultado de los encadenamientos productivos, aseguró.
Pérez Pereira añadió que se mantienen los aseguramientos de materias primas a la referida industria, con capacidad para producir 80 toneladas diarias de pienso líquido, suministrado a las unidades de la Empresa, incluido el cebadero, y a productores privados.
En el transcurso del año 2021 se introdujeron al cebadero ocho mil 57 animales, con el empleo del pienso líquido; y fueron entregadas 19 toneladas de carne procedente de cerdos que alcanzaron un peso promedio de 52.7 kilogramos en 96 días, enfatizó.
La Empresa labora en la creación de condiciones para el ensilaje de alimentos y la recuperación de ocho naves en el cebadero, donde los animales también se nutren con torula sacharomyces, amplió.
Se trabaja con los porcicultores que mejor aprovechan las tecnologías alternativas y en la capacitación de los restantes, a fin de lograr su adaptación a las nuevas circunstancias para aminorar el impacto negativo de la carencia de piensos importados, agregó.
El territorio avileño rescata la cría del cerdo criollo cubano a partir de experiencias que demuestran la sostenibilidad económica, capacidad de adaptación a escenarios naturales, resistencia a enfermedades y al cambio climático, así como la obtención de carnes con mayor calidad.
Yamilé Jiménez Peña, subdirectora del Centro de Investigaciones de Bioalimentos (CIBA), destacó que el denominado “puerco chino” constituye una raza superior y no requiere grandes inversiones, puede lograrse con el empleo de alimentos alternativos obtenidos con recursos locales, aunque la conversión de carne es más lenta.
La investigación científica Alternativas para la alimentación del cerdo criollo cubano con la utilización de recursos locales, demostró la factibilidad del humus de lombriz para la alimentación del cerdo criollo cubano en la etapa de preceba, en sustitución de hasta un 20 por ciento de los alimentos convencionales, precisó la científica avileña.
Según los resultados del estudio, los animales a los que se les suministró el humus de lombriz en la dieta alcanzaron una ganancia media diaria similar a los que fueron alimentados con métodos tradicionales.
En el CIBA también se desarrolla un proyecto que responde al interés por conseguir descendientes de cerdos criollos y razas como la Duroc, esta última caracterizada por la rusticidad, con virtudes para la utilización de sus carnes en la industria, rendimiento superior a otros linajes, e idóneo para complementarse con otros tipos.