Nilka, recién estrenada

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Nirka, recién estrenada

 

Nilka tiene la huella del tinte. No logra disimular el negro sobre su piel negra, quizás porque fue un buen tinte o porque fue muy reciente o porque fue ella misma quien acabó bordeando su frente, sin tiempo para irse a una peluquería, un sábado en la tarde.

Las primeras secretarias del Partido suelen seguir siéndolo a esa hora y casi nunca el orden del día agenda arreglos. Este sábado, por ejemplo, está sentada frente a Invasor, en la primera entrevista de su cortísima estancia en el puesto. Apenas tres meses. La guayabera blanca, meticulosamente planchada, y tal vez estrenada para la ocasión, le da un aire primerizo, recién estrenado, que ella secunda con palabras.

Son palabras de un verbo recto que no logra relajar frente a la formalidad que implica un órgano oficial. ¿Habría respondido diferente ante una revista? ¿O ante su emisora municipal? Evidentemente, no. En última instancia, Nilka está frente a ella y la responsabilidad que tiene no se adecua a políticas editoriales. De modo que lo que dice ahora casi lo acaba de decir en la Asamblea Municipal que presidió.

Su primera interrogante vuelve sobre el punto crítico de Morón, un municipio que viene siendo tres en uno (en extensión y cantidad de habitantes) y al que hay que llevarle la comida sobre ruedas. A ella, que es licenciada en Agronomía y anteriormente asumió la esfera Agroalimentaria en el Partido, no la sorprende el inicio. Lo esperaba de algún modo; sobre todo por una realidad que podría comprometer las entregas agrícolas de los próximos meses: otra vez hay impagos en el campo.

“Logramos, con un trabajo político, que los campesinos accedieran a bajar algunos precios y, aunque no es constante, se aprecia una mayor presencia de productos en los 23 mercados del territorio. Sin embargo, no sucede así en las placitas de Acopio. Ha habido problemas en la contratación y en los pagos”, asegura.

Nada que no haya ocurrido antes. Cadenas de impagos. Aunque Nilka no maneja los números y el enredo de la deuda que otros han contraído con Acopio Provincial y que limita, por tanto, que honre sus contratos a escala municipal; hoy Morón termina pagando por todos los deudores.

Encima, por un lado falta el dinero, y por el otro, “los contratos no reflejan el precio del producto, pues varía mucho y eso influye también en la contratación. No obstante, surgió la figura del acopiador-vendedor y el campesino vende a esos nuevos actores”, comenta la secretaria.

El reto es mayor para los moronenes, que no solo deben alimentarse, sino “alimentar” a un Turismo que le crece en las narices sin que hayan podido satisfacerlo. Ni antes ni ahora.

De ahí que el encadenamiento sea una utopía para muchos y llame la atención un dato que ofrece Nilka. “Solo la CCS Ñico López vende directamente al Turismo, a través de tres usufructuarios. Dentro del municipio se insertan, además, la Empresa Pecuaria de Turiguanó y la Granja Urbana, con la venta de hortalizas y vegetales”.

Junto al trabajo ideológico que ella pondera y eleva a función principal, Nilka sabe que tiene importantes desafíos a ambos lados del pedraplén y ahora empieza a recorrerlo de un lado a otro. Es el comienzo de un viaje en el que ella va tras el timón.

Casualmente, una de las primeras frases que le llegaron de un sondeo a la población fue “Qué bueno que es mujer, solo tiene que apretar la mano”. Pero creo que también podría ser el acelerador.