CTC: 83 años de aporte al futuro de Ciego de Ávila

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CTC: 83 años de aporte al futuro de Ciego de Ávila

 

No es casual que a las alturas del aniversario 83 de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) sean la producción de alimentos y la eficiencia de la empresa estatal socialista dos de los temas principales en el debate por un futuro próspero.

Así fue este jueves 27, desde la Empresa Genética de Turiguanó, donde se celebraba este aniversario y el 169 del natalicio de José Martí. El contexto que atraviesa el país obliga a apostar por la productividad.

Para Niurka Ferrer Castillo, secretaria general del comité provincial de la CTC en Ciego de Ávila, está claro que no es tarea sencilla, en medio de una crisis nacional y global. “Sus efectos han ido desde la falta de disponibilidad de medicamentos —expresaba en las palabras centrales del acto— y del oxígeno terapéutico, problemas en la generación eléctrica, y la carencia de productos de primera necesidad. Sin lugar a dudas, la disminución de ingresos en divisa, unida a la prioridad otorgada al financiamiento de los gastos de la pandemia, intensificó el déficit de ofertas a la población, constituyendo la causa principal de la inflación de los precios”.

 

Entonces, el esfuerzo por gestionar la respuesta a la pandemia, y mantener la producción y los servicios, tiene su mérito. Por ello se entregaron reconocimientos a Irina Iglesias Hernández, Yudelkis Borrero Escobar, Mariset Hernández Rodríguez, Yanisbey Ciprián Brito, y Anadaly Burgos Hernández, secretarias de los comités municipales de la CTC en Venezuela, Bolivia, Ciego de Ávila, Ciro Redondo y Chambas; Dailin Sordo Peláez, del sindicato de trabajadores de la Salud; Alba Lien Barrera Martínez, del sindicato de trabajadores de la Educación, la Ciencia y el Deporte; Marloida Pollo González, del Sindicato de Trabajadores Civiles de la Defensa; y Venancio Rodríguez Domínguez, director general de la Empresa Genética de Turiguanó.

La institución, además, recibió la condición de “Centro listo y seguro”, por su preocupación por las medidas sanitarias. Era esa labor el segundo logro de los que lista Venancio para el año que concluyó: “Mantener el acto genético de la raza Santa Gertrudis, garantizar la salud de los trabajadores durante la pandemia de COVID-19, obtener utilidades por más de 24 millones de pesos, cumplir con el plan de siembra de alimento animal y mantener la contabilidad certificada”.

Cuando a mediados de 2021 se recibieron más de mil donaciones de sangre, en tiempo récord, desde diferentes centros de trabajo, fue el movimiento sindical el principal gestor. Es precisamente la solidaridad uno de los valores que no pueden faltar a la clase obrera cubana.

“Resulta imposible hablar de la historia de nuestra patria sin hacer alusión al movimiento obrero cubano —decía Niurka Ferrer Castillo— y, en especial, desde la creación de la Central de Trabajadores de Cuba, con antecedentes en la Confederación Nacional Obrera de Cuba, que desde sus inicios apoyó e impulsó las luchas de clase y las más importantes conquistas obreras en medio de la cruel explotación de los gobiernos de la República Neocolonial”.

En el aniversario 83, las luchas son otras, y el contexto igual de difícil. La propia Secretaria General se refería a los retos: “El solo hecho de que hayamos llegado hasta aquí (…) dice mucho sobre lo que podríamos conquistar sin esos obstáculos”. ¿El camino? Perfeccionar el socialismo, con la actualización del modelo económico y otros empeños como impulsar la agricultura y la industria azucarera”.