Que entregaron el corazón en cada movimiento y que bailaron con individualidad y destreza fueron, a priori, las primeras conclusiones al cabo de una hora de danza contemporánea, en la que compartieron escenario la Compañía Rosario Cárdenas y Ensemble. Luego, habría que decir que la posibilidad de percibir e interpretar cada movimiento en primera fila debió dejar al público pletórico de emociones y con varias ideas rondando.
Lo cierto es que no todos los días podemos disfrutar aquí de danza contemporánea al más alto nivel y, a la vez, ser testigos del surgimiento de la primera compañía avileña que incursiona con empeño y sistematicidad en este estilo. Las expectativas estaban en su punto más alto y fueron cumplidas, en mi opinión, con creces.
Correspondió la apertura de la noche a la Compañía Rosario Cárdenas que interpretó varios fragmentos de piezas muy aplaudidas y ya antológicas en su repertorio.
La primera fue Noctario, un solo de profundo conflicto e intimismo; de Zona-Cuerpo extrajeron un dúo que explora el cuerpo como objeto de deseo entre dos hombres; Combinatoria en guaguancó mostró una relaboración fragmentada y contemporánea de la rumba; y La Gaviota, fue una defensa a lo diferente y a la capacidad de adaptación.
La selección de estos fragmentos por la maestra Rosario Cárdenas, Premio Nacional de Danza 2013, permitió mirar en retrospectiva su repertorio y redescubrirlo en sus múltiples facetas. A la hora del debut de Ensemble, vista y oídos ya estaban entrenados para aplaudir lo bueno.
La técnica depurada de los bailarines de la Compañía Rosario Cárdenas fue escuela
X-DAD, con coreografía de Andy Rodríguez y dirección general de Carlos Beckford, tiene como conflicto central la violencia física y sicológica que rodea las relaciones humanas, arraigada en el tejido de la sociedad y, muchas veces, silenciada o ignorada.
Por eso cuando los bailarines parecen golpearse el impacto gestual sobrecoge; cuando se cubren la boca con las manos se interpreta inseguridad y actitud defensiva; cierran los ojos y se tapan los oídos para ignorar todo aquello que los rodea y perturba; y cuando son amarrados con precinta la sensación de estar presos ahoga y estremece. Muestran un discurso escénico coherente y con alto nivel técnico.
La coreografía comienza con un ritmo sosegado, casi como si tuviesen poco que mostrar; pero luego cobra intensidad y dinamismo con las figuras complejas dibujadas sobre el escenario, las escenas frescas compartidas entre hombres y mujeres, la fuerza de cada movimiento, y las reiteradas cargadas y caídas, que construyen una gama de relaciones no ajenas a la agresividad.
Hay fuerza y deseo, amor y desamor, dolor, una violencia cíclica, ímpetu y destreza, y un ritmo creciente que deja lo mejor para el final. También, un juego con el género y los roles de los bailarines, que bien pudiera aludir a la búsqueda de equidad en ese inmenso escenario que es la vida diaria. Sucede cuando los hombres cambian el vestuario y usan una suerte de saya blanca, mientras que las mujeres mantienen la camisa mangas largas.
La selección musical fue otra de las ganancias de la obra porque vino a ponerle sentimiento y voz al movimiento. Así se escuchó a Atoms for peace, Paul Mauriat y Raymond Mamoudy, Chabuca Granada y Concha Buika. Sin embargo, no puede decirse lo mismo del diseño de luces debido a las condiciones de la sala cinematográfica Carmen, en la ciudad cabecera, no pensada para espectáculos de este tipo. Faltaron intensidad, colores y formas para enriquecer las puestas en escena.
Sin dudas, los muchachos de Ensemble tuvieron responsabilidades y retos por partida doble porque compartir escenario con una de las compañías de danza contemporánea más importante del país y poner en práctica lo aprendido en estos días de talleres se dice más fácil de lo que se hace. Por si fuera poco, bailaron juntos miembros de ambos elencos fragmentos de Deseo y Tributo a El Monte para cerrar con una propuesta más relajada y rítmica.
Fresco y jocoso, el fragmento compartido de la obra Deseo
No es X-DAD una propuesta acabada ni es la técnica de los bailarines de Ensemble asunto zanjado, pero lo visto en su debut es, apenas, anuncio de lo que pueden ser. Mientras, vamos descubriendo la magia de la danza contemporánea en Ciego de Ávila que llenó todas las lunetas del cine Carmen, a pesar del frío del sábado por la noche en una ciudad que ya ha perdido el hábito de teatros y espectáculos.
La magia de haber persistido aun cuando han faltado esfuerzos, recursos, espacio para las presentaciones y referentes para la continuidad. La magia es tener a Ensemble y apostar por ella.