Las deudas de la agroindustria pesan en Ciego de Ávila

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Las deudas de la agroindustria pesan en Ciego de Ávila

 

La arrancada de la molienda en el central Ciro Redondo y su sincronización con la Bioléctrica parecían asuntos zanjados al inicio del mes de enero de 2022, pero la alegría duró un santiamén y volvieron los parámetros de intercambio a poner en riesgo la zafra en esta provincia, donde la cuantiosa inversión, valorada en más de 330 millones de pesos, no termina de ver la luz y de traducirse en azúcar y energía.

Con estos antecedentes y el compromiso de que la historia este año tiene que ser diferente, el vice primer ministro cubano Jorge Luis Tapia Fonseca visitó la provincia para evaluar la marcha de la zafra azucarera y el cumplimiento de 11 acciones indicadas con anterioridad, que deberán tributar a un mejor desarrollo de la contienda y a la correcta sincronización entre el Coloso del Centro y la planta generadora de energía limpia.

Hasta la fecha seis no tienen solución, en parte porque dependen de la intervención de los operadores chinos, quienes arribarán próximamente al país. Hablamos, en primer lugar, de ajustes y nuevas inversiones en el diseño de alimentación de la caldera de la Bioeléctrica para que el bagazo se queme al ciento por ciento, tal como sucede con el marabú.

Carmen Taboada Hernández, vicepresidenta de la empresa mixta Biopower S.A, explicó que las diferencias entre la granulometría de ambas biomasas generan problemas, tanto que en materia técnica lo que es bueno para una es malo para la otra. Tampoco llega de manera uniforme el bagazo a la tolva de recepción y estos vacíos provocan altibajos de presión, con un riesgo importante de explosión.

Entonces, que las piezas de repuesto para poner en marcha las cosechadoras rotas ya estén en el país es una buena noticia, pero no solución mágica.

Las cuentas de Tapia Fonseca fueron exactas: “contar a finales de febrero con ocho cosechadoras, con objetividad, pueden aportarnos 480 toneladas diarias de marabú y esto no cubre la demanda de la planta, que necesita de 1 200 a 1 500 toneladas de esta biomasa en 24 horas. Hay que ajustar el mecanismo y quemar bagazo al ciento por ciento. No puede haber más dilaciones”.

Otros problemas siguen poniendo en tela de juicio los estudios que debieron anteceder a la cuantiosa inversión. Así lo corroboró Julio García Pérez, presidente del grupo empresarial AZCUBA, con la explicación de cinco dificultades relacionadas con la energía eléctrica y los parámetros de intercambio.

“Cuando el central muele a una capacidad entre el 55 y el 60 por ciento se dispara la corriente. La fábrica consume más energía que la prevista en el diseño original, sobre todo, en los picos que se generan durante la molienda. Ha fallado, también, la disponibilidad de agua, la fábrica estuvo parada durante 20 horas por eso”.

El Vice Primer Ministro se interesó, además, por la marcha de la siembra de los bosques energéticos, que suplirán en unos años el déficit de marabú. Tampoco en este sentido se ha avanzado. Invasor lo dijo antes, de 3 724 hectáreas dedicadas a esto, solo 307 se han plantado; mientras que la Empresa Agroforestal no dispone aún de los viveros tecnificados.

Durante el intercambio se dio a conocer que con un fondo de 12 millones de dólares comenzarán los estudios e inversiones que a largo plazo permitirán usar otras tecnologías con biomasa para el llamado “tiempo muerto”, aunque la indicación de Jorge Luis Tapia Fonseca fue a pensar enfocados en el presente, a nombrar responsables y a poner fecha a cada una de las tareas pendientes.

Ante la incertidumbre de la molienda en el Ciro Redondo y la sincronización, con otra fecha tentativa para el mes de marzo, el central Primero de Enero saldrá de su inercia y apoyará el cumplimiento del plan de azúcar. Hasta ahora se han efectuado pruebas parciales en la caldera y las reparaciones están en la etapa final.

Sin embargo, a estas alturas hay demasiada experiencia acumulada como para saber que el éxito de la zafra azucarera sigue siendo tarea mayúscula aquí en la que influyen otras variantes, que también muestran números en rojo.

Digamos que la siembra de caña está atrasada, que las tierras libres de marabú todavía no producen, que 28 camiones y tres combinadas paradas atentan contra la disponibilidad técnica, que el arrendamiento de medios de transporte no acaba de cuajar y que la formación de colectivos laborales, posibilidad contenida dentro de las 92 medidas aprobadas por la máxima dirección del país para estimular al sector, está a media máquina todavía. Ciego de Ávila no puede permitirse otra campaña con rendimientos pírricos.

El recorrido de trabajo del vice primer ministro Jorge Luis Tapia Fonseca incluyó un intercambio con autoridades del sector agroalimentario, en el que participó, además, Manuel Sobrino Martínez, ministro de la Industria Alimentaria.

El incumplimiento de las entregas de leche al Lácteo, que ni siquiera el precio de 20.00 pesos por cada litro ha logrado saldar, fue el centro del debate. A priori, se concluyó que se ha establecido un plan con reservas, por debajo del potencial, a juzgar por la masa existente y por el hecho de que los ganaderos con más de 10 vacas deben entregar al año alrededor de 550 litros para cumplir sus compromisos. Luego, es que puede hablarse de sacrificar animales y vender el líquido en el mercado.

Parece que aquí ha sucedido lo contrario, hay quien ya vende sin cumplir su plan y, en el peor de los casos, sin contratar. Aunque es válido retomar un dato que ya Invasor ha manejado antes: “el registro de Control Pecuario se guía por unos números y la diferencia entre lo real y lo que está en los papeles es de miles de cabezas. Si los planes se hacen por cifras que no son reales, el problema solo se agrava”.

La indicación fue revisar el proceso de contratación y cada caso en particular, así como resolver lo referido a la entrega de tierras, pues más de 1 468 tenentes de ganado carecen de terreno. Hasta el 28 de febrero fue el plazo dado para resolver este último problema.

Por su parte, en la Empresa Cárnica, de 3 000 posibles contratos, solo 383 están hechos, sobre todo, por la resistencia de los productores debido a la obligación de estabular los animales y a los descuentos del tres y el cinco por ciento durante la venta. A este paso, la canasta básica está en riesgo, sentenció Tapia Fonseca.

Un panorama similar presenta la Empresa Porcina, que comienza a incentivar en sus productores la práctica de sembrar alimento animal, en especial, la proteína que deriva del maíz, la soya y el sorgo ante las dificultades con la importación.

A largo plazo se piensa en un encadenamiento donde los campesinos cultiven y los porcicultores les compren aquello que no puedan cosechar. Comer carne de cerdo y pagarla a precios aceptables será un camino más largo aún, otra deuda que pesa en la agroindustria y en la mesa del cubano.