Ciego de Ávila vs. COVID-19: Por debajo del pronóstico

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Ciego de Ávila vs. COVID-19: Por debajo del pronóstico

 

Afortunadamente los pronósticos se basan en cálculos probabilísticos y, aunque permiten prever ciertos escenarios, no significa que el futuro inmediato será tal cual. Es lo que está sucediendo en la semana que concluye este sábado: con 359 casos autóctonos reportados hasta el jueves, el promedio diario se comportó por debajo de lo estimado.

Habíamos dicho que la incidencia estaría entre 100 y 160 contagios informados por día, pero con el acumulado hasta el 17 de febrero, el real bajó a 71. Claro que son buenas noticias y, sin embargo, no deben obnubilarnos. Las probabilidades de un subregistro no son despreciables.

Un subregistro dado por todo el que, incluso con síntomas, no acude al médico y nunca confirma las sospechas de COVID-19. Un subregistro que también podría descansar en quienes, habiendo sido muestreados con test de antígeno y resultado negativos, continuaron con la sintomatología y no se hicieron PCR-RT. Y, por último, un subregistro asociado a los turistas, ya que solo se muestrean al azar y, no obstante, pueden generar transmisión dentro de los hoteles.

De hecho, de los 19 focos institucionales identificados a inicio de la semana, 12 correspondían a instalaciones hoteleras del destino Jardines del Rey. Quizás no sea posible establecer siempre el origen del contagio, pero la lógica indica que puede ser de ida y vuelta.

En este minuto, entonces, más que los casos en sí mismos, debería ocuparnos no violar los pasos de los protocolos. El informe semanal que elabora el doctor José Ramón Artigas, especialista de Segundo Grado de Epidemiología, lo dice muy claro: “existen deficiencias en la calidad de las encuestas epidemiológicas, principalmente en la detección de contactos”.

A lo largo de estos dos años de enfrentamiento a la epidemia, si algo creíamos había quedado “sembrado” era la certeza de que solo identificando a todos los posibles contactos de los enfermos podría ponerse freno a la transmisión. Recordará que hablábamos de arañas epidemiológicas y encuestas que permitían trazar la ruta del virus al interior de familias, centros de trabajo o comunidades. Todo parece indicar que hoy eso ya no es posible.

Las recomendaciones del experto apuntan, además, a una pesquisa de mayor calidad y eficiencia. Obvio que ya no estamos en el momento de pesquisar el 100 por ciento de la población, mas, a los identificados como vulnerables no se les debería perder de vista. Han sido ellos los que han pagado más caro el precio de la COVID-19.