Majagua: Atrás quedan 14 años “sin agua” en La Teresita

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Majagua: Atrás quedan 14 años “sin agua” en La Teresita

 

Al pie de eventuales pipas y viejos pozos, los cerebros que habitan en la comunidad majagüense de La Teresita, estuvieron a punto de hacerse agua. Durante 14 años, la ausencia del líquido a través de una red de Acueducto, mantuvo casi a secas a una sesentena de casas (en la actualidad, 162 personas). Allí, en esa franja pedregosa, en ese escuálido brazo que se desata de la Carretera Central, con tanques llenos como oasis, el lujo de un grifo a chorros era ya, prácticamente, impensable.

La Empresa Provincial de Acueducto y Alcantarillado, en Ciego de Ávila, daba agua a sus —no pocas— fichas, en tanto no aparecían los recursos. Pero, un mes atrás, para bienestar de los vecinos de la zona, se consiguió conectar con 1 600 metros de mangueras de 90 milímetros la turbina de la estación de bombeo La Pollera y el poblado de La Teresita, monte adentro, abriendo caminos con buldócer y retroexcavadora, cruzando sembradíos y sacando raíces de marabú de las entrañas rocosas, explica Miguel Ángel Pérez Marrero, director de Acueducto y Alcantarillado en Majagua.

Cuenta el matrimonio entre Isela Peri Matos, de 67 años, y Paulo González Cala, de 75, que los chorros de agua son proporcionales a la satisfacción de tenerlos frente en la puerta de la casa. Durante buen tiempo (más que 14 abriles), se vieron recostados a un pozo colindante, del cual aún no se sueltan. La abuela agradece la transformación, sobre todo, porque su salud depende de un botellón de oxígeno, al lado de la cama, y su esposo “tampoco es de hierro”.

Mientras las preguntas gotean, la nieta mete y saca ropa de la lavadora, la enjuaga, la tiende. “Estuve un mes y 21 días cargando el agua en porrones, los trasladaba en carretilla, porque las pipas no venían. Y tengo tres niños. Ahora hay comodidad”, declara Dayani Cala Broche, con una expresión alegre en el rostro, sin olvidar las tantas veces que se le aguó la sangre.

A esta historia, no obstante, le faltan mangueras en dos pedacitos de la localidad. Ariel Santos Cabrera, con tres almanaques en La Teresita, describe cómo aún no le llega el codiciado servicio hasta el portal de su casa, en el que, como buen cubano, pueda ver retozar con agua a sus hijos Arieny y Andrio.

En el primer tramo, donde también vive hace 17 años Milagro García Fuentes, se requieren 42 metros de manguera de 90 milímetros para acoplar dos puntos ubicados a la vista de todos y hagan correr el líquido, a gusto, hacia cinco próximas viviendas, sin necesidad de verse obligados sus moradores a seguir cargándola. “Tenemos la acometida y el agua más cerca”, reconocen. Miguel Ángel Pérez Marrero insiste en que los materiales serán puestos apenas Acueducto provincial los tenga.

Una línea define al caserío favorecido, bajando desde la carretera central, aunque dicha parte no resuelta queda en un desvío, a la derecha, en un pequeño montículo, que conduce a la estación de abasto La Pollera y está muy cerca de la parte trasera del conocido Bachiplán, antigua planta de piezas de cemento prefabricadas.

Majagua: Atrás quedan 14 años “sin agua” en La Teresita

Ariel muestra el resultado de dos meses de duro trabajo entre varios organismos

 

En igual situación de stand by constan las últimas cinco casas, al final del terraplén, para quienes habría que buscar otros70 metros de manguera, que no existen por el momento. Maidolys Martínez Herrera, con una niña de 10 meses de nacida en brazos, tiene la suerte de que el agua (con uso del metrocontador) corra hasta la vivienda de su vecino y que, ese vecino, sea su papá José Antonio.

“Cortaron la instalación vieja que llegaba hasta el frente mío, pusieron un tapón y dijeron que vendrían después. De eso hace casi un mes”, agrega. Aunque, según Pérez Marrero, lo que destruyó la anterior instalación fueron las raíces de la mata de tamarindo adyacente y el trasiego en carretones por encima de ella.

Majagua: Atrás quedan 14 años “sin agua” en La Teresita

El metro contador contabiliza el volumen de agua que pasa a través de él

Por su parte, José Antonio Martínez Hernández se niega a dar por terminada la obra, no solo por lo que falta, sino por problemas en la calidad de lo ejecutado, como varios salideros. Y con eso coincide el director de Acueducto y Alcantarillado en Majagua, quien resalta, además de la participación de la comunidad, el esfuerzo de la brigada, a pie en ida y vuelta, con los utensilios al hombro.

Eulalio Placencia Pérez reflexiona sobre la necesidad de concluirlo, porque “cada casa posee un metrocontador, que es dinero para el cliente. Uno puede acudir al vecino, pero a eso no me puedo atener”. Solo él para cerrar el diálogo, cubano de pura cepa: “no puede ser que unos coman y otros miren”. Son 37 años en el lugar, tantos como para merecer el progreso. Al menos este primer mes no pagarán el servicio por el hidrómetro, manifiesta el directivo, buscando que se haga a partir de que la tarea sea cumplida.

Más allá de la zanja que abrieron los vecinos y que las lluvias quieren borrar, de los salideros por corregir…, Acueducto se comprometió a pasar por agua a La Teresita, con ciclo de un día sí y otro no, y lo está logrando, 14 años después. De ese bombeo se encarga, desde la estación La Pollera, Eddy Romero Labacena, quien pone respeto a los horarios de distribución y mira fijamente la obra de unión entre la gruesa manguera y el tubo de la turbina, de cuyo resultado dudó alguna vez. “Y el agua sale disparada pa La Teresita”, concluye.

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Estación de bombeo La Pollera, donde se puede apreciar la instalación

Acueducto y Alcantarillado en Majagua, además, pudo conectar a las comunidades de Las Marías y Cabrera, eliminando la estación de bombeo ubicada en este último asentamiento, tras varios intentos de reconstruir el pozo. Fue enterrado más de un kilómetro de mangueras de 90 milímetros, de un punto a otro, en trabajos similares a los de La Teresita.

 

 

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