Cuando por fin parecía que la Covid-19 daba un respiro a la educación en Ciego de Ávila para que alumnos y profesores volvieran a las aulas amparados en la nueva “normalidad”, la situación actual con el transporte urbano e intermunicipal, dada la inestabilidad con el combustible, ha puesto sobre la cuerda floja la presencialidad de quienes residen en comunidades alejadas de los centros estudiantiles y prendido las alarmas para los responsables de garantizar la calidad del proceso docente-educativo.

Bien claro lo tiene Norberto Roche Noa, subdirector provincial de Educación, que suena tranquilo cuando dice que, hasta la fecha, los estudiantes que viven distante de las escuelas han mantenido su asistencia a clases; sin embargo, no puede obviarse la actual situación con el transporte y como más vale precaver que lamentar, se ha diseñado todo un plan de acciones, adaptado a las peculiaridades de cada municipio, institución e incluso alumno, para que la enseñanza llegue a cada uno de ellos por muy alejados que radiquen.

Así, se ha concebido que, en el caso de la Educación Primaria, con más de 1 500 educandos que viajan diariamente en la provincia, donde la mayor cantidad corresponde al municipio cabecera (cerca de 600) —conforme detalla el subdirector—, los que necesiten de transporte público asistan dos días a la semana a las instituciones educativas y los restantes tres se preparen con hojas de trabajo desde sus casas para dar continuidad a su preparación.

Por su parte, en la Secundaria Básica, alrededor de 2 560 colegiales viven lejos de sus centros educativos, los que, como detalla Roche Noa, se plantea sean atendidos en las comunidades de residencia por profesores y metodólogos que les llevarán dos días a la semana actividades, hojas de trabajo, orientaciones para el estudio independiente y materiales audiovisuales.

En la enseñanza preuniversitaria se registran 200 alumnos que, a diario, precisan trasladarse desde zonas distantes para asistir a clases. En esta situación, la propuesta es que quienes cursan el décimo grado vengan los martes, los de onceno los jueves y para el duodécimo se han reservado dos días: miércoles y viernes. No obstante, refiere el subdirector que por la importancia que tiene tanto para estudiantes como para maestros el grado terminal, se le ha pedido a cada territorio valorar que, dentro de las posibilidades, estos escolares puedan acudir todos los días para no ver afectada su preparación de cara al ingreso a la Universidad.

A su vez, la Enseñanza Técnico Profesional prevé variantes en función de los años y niveles de sus colegiales, por lo que en el primer año la presencialidad será requisito indispensable los martes, el miércoles corresponderá al segundo, el jueves al tercero y el viernes al cuarto. El resto del tiempo, “estarán vinculados a las actividades prácticas en instituciones de las comunidades donde residen”.

Considera el especialista que las familias avileñas han interiorizado las desventajas que supone para un alumno el ser atendido a distancia, de ahí que las intenciones de padres y escuela caminen en la misma dirección y los obstáculos con el transporte se sorteen hoy por la mayoría de los educandos para que la presencialidad en las aulas continúe siendo prioridad.

Mas como todo no puede dejarse a la buena suerte, otras medidas se han tomado por los Grupos Temporales de Trabajo en cada municipio para que lidiar con la “botella” no sea un verdadero tormento. De esta manera, precisa Roche Noa, se han reforzado con inspectores los puntos de embarque para que los estudiantes tengan preferencia, aunque ello no siempre sea garantía de que algún carro estatal se detenga, pues más de una vez hemos dado cuentasde quienes hacen caso omiso de esta obligación; mientras que en los lugares donde exista transporte para trabajadores, este se ajustará a los horarios de los alumnos con el propósito de que estos puedan hacer uso de él en la ida y el retorno.

Con la vista puesta en el futuro, el subdirector provincial habla de la posibilidad de reorganizar la red escolar en algunos territorios a partir de la creación de centros mixtos que puedan acoger varias enseñanzas, proyección que requiere de una cobertura docente y una infraestructura que no se logra en unos meses, pero que, sin dudas, sería un alivio enorme para los muchos escolares que, a diario, se enfrentan a la carretera para llegar al aula.