La ciencia e innovación que necesita el municipio Venezuela la tiene dentro

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La ciencia e innovación que necesita el municipio Venezuela la tiene dentro

 

Una frase dicha por Jorge Luis broche Lorenzo, miembro del Secretariado del Comité Central del PCC y Jefe de su departamento de Atención Social, podría resumir su primera jornada de chequeo y visitas en el municipio de Venezuela.

“Hay que cortar el ciclo de la precariedad con educación y cultura”, dijo ante un auditorio en el que se encontraban funcionarios del gobierno y el Partido en ese territorio, el Consejo Técnico Asesor, representantes de los organismos globales y de las organizaciones de masas, y militantes. Sus palabras resumieron un encuentro para dialogar sobre el programa de Prevención Social que impulsa la máxima dirección del país.

Este programa tiene dos grandes afluentes: la atención a la infancia, la adolescencia y la juventud, y el seguimiento a las comunidades identificadas como vulnerables. Y gravitando sobre ambos la urgencia y necesidad de ponerle ciencia e innovación a todos los procesos para que desemboquen en desarrollo y bienestar.

#Ahora Sobre el programa de Prevención Social del Partido y el Gobierno cubanos se discute en la sede de la asamblea...

Broche Lorenzo ocupó una parte del intercambio en ilustrar cómo desde la figura del propio Presidente de la República y Primer Secretario del PCC se ha construido un sistema de dirección y de toma de decisiones sobre esos pilares, al utilizar el potencial científico y la creatividad de los actores socioeconómicos en la generación de soluciones a los diversos y complejos problemas, desde arriba hacia abajo, y viceversa.

Así, al preguntar por las adolescentes embarazadas y paridas, menores de 14 años, y conocer que en Venezuela se contabilizan 19, indicó ir más allá de la cifra y coordinar acciones para reincorporar a esas jóvenes a los estudios o el empleo, incluso sabiendo que el territorio no tiene demasiadas fuentes de trabajo, además de la actividad pesquera y la empresa Cubasoy.

“Es el municipio el que tiene que generar un desarrollo hacia adentro”, comentó y siguió añadiendo aristas al análisis al preguntar por la formación de masters y doctores, la estrategia territorial y la manera en que, colectivamente, debe hacérsele frente a los desafíos materiales y subjetivos. “Ustedes ya vivieron un proyecto, cambió muchas cosas y cuando se terminó algunas volvieron a caer en el olvido. Tienen que aprender esas lecciones”.

Si todo este discurso no hubiera sido el colofón de un día atareado, de caminar bajo el sol y de intercambio con la gente en la calle, podría parecer que las cosas se dicen más fácil que lo que se hacen. Pero Broche Lorenzo y los funcionarios provinciales y municipales que lo acompañaban oyeron los planteamientos de los jucareños, a pleno mediodía, sin que se “calentaran” los ánimos.

La gente hablaba de una visita anterior, cuando el viceprimer ministro Jorge Luis Tapia Fonseca había caminado las calles de Júcaro e indicado atender con prontitud los dolores del pueblo de pescadores. Algunas de aquellas indicaciones se cumplieron y otras no, por eso estaban allí, esperando a Broche Lorenzo una anciana que no tiene un baño digno, una madre que necesita apoyo para levantar el nivel del piso y que no se le inunde la vivienda, una señora con problemas de techo...

Quedó claro que el trabajo comunitario integrado va más allá de pintar la escuela o arreglar un parque. Hay que tener dominio de la comunidad, conocer palmo a palmo sus necesidades, responder siempre a las personas y mantener un seguimiento, constante, sistemático, sobre el terreno.

Esa mirada integral a las comunidades, más en aquellas consideradas vulnerables, no puede hacerse sin el concurso de las entidades en ellas enclavadas. De ahí que los encargos de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Pesca Marina Júcaro no sean únicamente capturar camarones o peces, sino ser el corazón del poblado.

En cierta medida ya lo son, pues por una parte dan empleo a no pocos jucareños, y por otra traspasan con acciones concretas (venta directa de producciones, atención a centros priorizados, pintura de centros sociales) las cercas perimetrales.

Yudania Fernández Blanco, Secretaria del Comité del Partido y Jefa de Recursos Humanos, habló de una recuperación económica visible, resultado directo del esfuerzo de los trabajadores. Con los planes cumplidos o bien encaminados en sus tres indicadores (camarón, escama e industria), Pesca Marina de Júcaro aplica ya algunas de las 43 medidas para el sector empresarial y se dispone a distribuir utilidades al cierre del primer semestre.

Conocidas son las reparaciones de la flota realizadas en la propia entidad, luego de que la COVID-19 permitiera levantar las anclas, y la búsqueda de nuevas fuentes de ingreso, con la venta de la morralla como alimento animal, por ejemplo.

Claro que no todo son redes llenas en Júcaro. Trabajadores y directivos de la UEB hablaron de la necesidad de mejores artes de pesca y el anhelo de cerrar el ciclo productivo, al poder contar con una planta de procesamiento del camarón, que ahorraría el gasto por concepto de maquila. Hoy el camarón avileño debe enviarse a Camagüey para su procesamiento, mientras que los vecinos de la Marina Marlin Azulmar deben comprarlo en La Habana.

Broche Lorenzo habló, entonces, de hacer coincidir el crecimiento tecnológico de la UEB con los planes de desarrollo del municipio, y ponerse a generar entre todos, ideas de cómo concretar esas aspiraciones: proyectos de desarrollo local, nuevos actores con acceso a financiamientos estatales o de inversión extranjera. “Ciencia e innovación”, recalcó.

Y aunque, posiblemente, Ángel Sánchez Lugones no pueda dibujar sobre un papel el diseño de la pieza de bronce que permitió llenar botellones de oxígeno y aire comprimido en ese agosto de asfixia que vivimos aquí el año pasado, nadie pondría en duda que lo suyo es innovación pura y dura. En su “cerebro” estaba el entredós, clarito, en 3D, y la noche que lo llamaron para pedirle su experticia de tornero mecánico no miró ni la hora. Al día siguiente, con un pedazo de tubo de bronce, hizo las primeras piezas y luego completó 24, para los ocho barcos donde se podía llenar los balones.

Todavía tenía las manos grasientas del torno este miércoles cuando Jorge Luis Broche le dijo que era un honor conocerlo, porque él había salvado a su pueblo, y a sus 59 años curtidos Ángel Sánchez lagrimeó un poco sin creerse del todo que le dijeran héroe.

Los botellones los llenaron en la Marina Marlin Azulmar y Broche Lorenzo llegó hasta allí también para dejarles a los trabajadores un reconocimiento y las gracias por el aporte en días de mucha tensión. El miembro del Secretariado del Comité Central conoció que la entidad recupera niveles de actividad después del parón de la COVID-19.

Emigdio González Gómez, director adjunto, explicó que las ocho embarcaciones de vida a bordo operan en la Ciénaga de Zapata y Jardines de la Reina, y que las ventas se realizan en línea, con más de tres meses de antelación. Ya se está vendiendo 2023, por lo que el directivo se aventuró a vaticinar mejores resultados este año.