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    El gallo de Morón vuelve a cantar

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    El gallo de Morón vuelve a cantar

     

    Escuchar días atrás sobre la restauración del Gallo de Morón era habitual, pero no siempre en la misma “dirección”. Unos no creían que fuera posible y otros confiaban con los ojos cerrados en que el símbolo del municipio recobraría su esplendor.

    De que sí se pudo está la evidencia en el canto vigoroso al amanecer y en las tardes, aunque primero fue en la noche del primero de mayo pasado, a la espera de un nuevo aniversario, ya recién remozado. No estamos dando la noticia ahora. Para eso están las redes sociales, dirían algunos. Estamos, sin embargo, poniendo en valor lo hecho frente a la complejidad de la obra, el deterioro, la altura, las lluvias o el viento.

    En septiembre del año pasado, Invasor había anunciado el comienzo de las reparaciones del conjunto escultórico, integrado por la torre y la escultura firmada por Rita Longa. El corre corre constructivo debemos agradecérselo al vice primer ministro Jorge Luis Tapia Fonseca, quien, durante un recorrido en agosto, a propósito del enfrentamiento a la CIVID-19, dijo “el Gallo tiene que volver a cantar”.

    Financiada por la dependencia local de la Empresa de Servicios Comunales de Ciego de Ávila (Comcávila) y ejecutada por la Unión Constructora Militar, la obra transitó por diferentes etapas, según publicara la Agencia Cubana de Noticias.

    Ineldo Borrero Sarría,ingeniero civil y jefe de Área de la Unidad de la UCM, explicó que lo primero fue realizar un estudio técnico que permitió corroborar el estado constructivo del monumento, a partir del cual se diagnosticaron filtraciones en la losa de cubierta del sótano y deterioros en las partes superior e inferior de la torre, con grietas y acero expuesto que pudieron provocar un posterior derrumbe.

    La reparación integral del conjunto escultórico abarcó también el levantamiento completo de la grama (pasto que rodea la escultura), el cual está sobre una superficie de hormigón que sirve de techo al sótano.

    Con un presupuesto de 200 000 pesos, los trabajadores por cuenta propia de Laredo' s Construcciones, al mando de Ariel García Galindo, también tomaron parte de la obra. Ellos lograron reparar la torre y poner piso a su alrededor. Las labores no fueron sencillas, pues la estructura, visiblemente deteriorada, mostraba grietas que obligaron a una reparación mucho más profunda.

    El resultado final tuvo el aporte de muchos. A la torre se le cambiaron las ventanas y esa acción recayó en la Empresa ALUDEN de Ciego de Ávila; la cúpula se hizo con tecnología de fibrocemento plycem, montada en una estructura de aluminio; además, se le añadió la instalacióneléctrica para las luces, que era algo que no tenía. A la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA) en el municipio correspondió la reprogramación de la reproducción del canto del gallo en la ciudad.

    "Se trabajó sobre una variante que hizo la UCM, que contemplaba enchapar la torre con lajas y se rescató su diseño original, que fue realizado por el arquitecto avileño Hernando Hernández Prado, quien hizo el diseño de la cúpula", explicóGarcía Galindo.

    Actualmente, el pueblo moronense es testigo del regreso del cantío del gallo, que se reproduce a las 6:00 de la mañana y nuevamente a las 6:00 de la tarde, con tres repeticiones.

    Orígenes del conjunto escultórico

    La historiografía conecta al Gallo de Morón, Ciego de Ávila, con el célebre Gallo de Morón de la Frontera, ciudad de Andalucía, España. De este último se cuentan dos versiones, por lo cual no tomaremos partido aquí.

    Lo cierto es que, a mediados de la década del 50 del siglo XX, dos entusiastas moronenses, Augusto Venegas Muíñas y Benito Llanes Recino, propusieron y promovieron la idea de erigir un monumento al Gallo. La oportunidad de concretar en un símbolo la idiosincrasia y la cultura de la ciudad caló rápido en el pueblo, mientras los políticos de entonces vieron un chance de hacer campaña.

    Fue así que, el 11 de septiembre de 1955, el mismísimo Presidente de la República, Fulgencio Batista Zaldívar, inauguró la escultura. Ese nexo casi fortuito haría que, al triunfo de la Revolución, se arrancara al gallo de su lugar, para ser repuesto por el pueblo moronense días después, y nuevamente desmontado y destruido el 12 de febrero de 1960. El gallo, de símbolo, se convirtió en tabú.

    Pasaron 20 años antes de que se volviera a hablar del tema. Fue Larry Morales, a pedido de Celia Sánchez, quien hurgó en la historia del territorio y concluyó que el arraigo popular de la escultura nada tenía que ver con la política. Volvieron a acariciar, entonces, la idea.

    Recoge la Enciclopedia Colaborativa Ecured que, en la Octava Sesión Ordinaria del Segundo Período de Mandato de la Asamblea Municipal del Poder Popular en Morón, efectuada el 1 de marzo de 1981, y a propuesta del delegado José Manuel Hernández, se aprobó por unanimidad el acuerdo No.114, el que aprobó la creación de una comisión para la reposición del Gallo de Morón.

    El ave de bronce fue colocada nuevamente en su pedestal el 2 de mayo de 1982 por un equipo de artistas integrado por Rita Longa, el Arquitecto Manuel González Suárez y el autor del primer gallo, el también escultor Armando Alonso.

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