A 35 años de su constitución, el Plan Turquino‒Bamburanao confirma los aportes al desarrollo económico y social, con resultados apreciables en el mejoramiento de la calidad de vida de los más de 19 mil 400 habitantes del municipio de Florencia, en la provincia de Ciego de Ávila.
Michel Marrero Castillo, secretario de la comisión municipal de ese programa, subrayó la incidencia en el cumplimiento de los principales indicadores económicos y el plan de siembra de la campaña de primavera, incluidos cultivos de ciclo corto que tendrán un impacto inmediato en la alimentación del pueblo.
El programa la Vivienda marcha a buen ritmo, a partir de la entrega de 20 de los 49 inmuebles previstos a construir durante el actual año, lo que asegura la permanencia de los habitantes en la localidad y representa una garantía para impulsar la estrategia de desarrollo económico y social, expuso.
Se prioriza la solución a planteamientos de la población, en su mayoría referidos a dificultades con el abasto de agua, aminoradas con la instalación de un acueducto que asegura la disponibilidad de agua, no obstante, se requieren bombas con superior potencia y montar un tanque elevado para un funcionamiento más eficiente, dijo.
Reparaciones de viales e instituciones públicas (escuelas, bodegas, farmacias, consultorios médicos y espacios recreativos), ejecutadas con la participación de los factores de la comunidad y el apoyo de cooperativas de créditos y servicios, contribuyen al bienestar de la población en comunidades apartadas (Santana, Limpios Grandes, Las Cuevas y Blanquizal), comentó.
Diseñado por el gobierno local, el plan asistencial a las localidades de difícil acceso incluye ferias comerciales, actividades culturales y recreativas, visitas a individuos y familias en condiciones de vulnerabilidad, y el acercamiento de los principales trámites y servicios públicos.
La integración de las principales organizaciones e instituciones del municipio aseguran el éxito de esta inciativa, en consonancia con las políticas establecidas a nivel de país, explicó.
Precisó que se logra estabilidad en los servicios de transportación pública, con salidas de ómnibus desde la localidad cabecera hacia comunidades rurales, el poblado de Tamarindo y los municipios de Ciego de Ávila y Morón; además de garantizarse el traslado de pacientes para turnos médicos en el hospital provincial ubicado en el territorio moronense.
Florencia recibe, también, los beneficios del programa de energías renovables, con la instalación de sistemas solares fotovoltaicos en viviendas aisladas y la construcción de biodigestores que disminuyen la emisión de desechos contaminantes al medio ambiente al convertirlos en biogás y utilizarlos como abonos orgánicos para la agricultura.
En esa región montañosa se ubica una de las seis fincas escuelas con enfoque de paisaje existentes en el país, donde promueven producciones más limpias e implementan prácticas agroecológicas para aminorar las agresiones al entorno, experiencias que socializan con los productores porcinos y agrícolas del territorio.
Marrero Castillo aludió a la sinergia que se establece con el Programa de Fortalecimiento de las Capacidades para el Desarrollo Local (PRODEL), con aportes a la producción de bienes y servicios de manera sostenible, incluidos alimentos y materiales de construcción.
Con una extensión territorial de 290.69 kilómetros cuadrados (km2), el denominado Municipio de los Bellos Paisajes, posee cuatro consejos populares (Florencia, Tamarindo, Guadalupe y Marroquí), con un total de 40 asentamientos rurales (17 concentrados y 23 dispersos) y una densidad poblacional de 47 habitantes por km2.
Ciego de Ávila está insertada en el Plan Turquino‒Bamburanao, creado en 2004, el cual abarca la totalidad del municipio de Florencia y una parte de Chambas, además de localidades de las provincias de Sancti Spíritus y Villa Clara.
Las elevaciones avileñas también están incluidas en el proyecto internacional Conectando Paisajes, auspiciado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, el Grupo Empresarial Forestal, y los ministerios de la Agricultura y de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, para garantizar la protección efectiva de la biodiversidad contra amenazas actuales y futuras en esos ecosistemas.
A través de estos dos programas existe un trabajo de educación ambiental con las escuelas rurales y habitantes para fomentar en el montañés una cultura en el cuidado del entorno, de donde obtiene su sustento en la producción forestal, agropecuaria y de prestación de servicios.
