Júcaro y Jagueyal tienen la palabra

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Júcaro y Jagueyal tienen la palabra

 

“Lo del puente en Palmarito fue una chapucería. Pero una grande”, aclara Tomás Alexis, cuando vuelve a escuchar el reclamo del puentecito que enlaza dos zonas de Júcaro, y vuelve María, la delegada de esa barriada, a decir “lo mismo con lo mismo”.

A ese dichoso puente se le han ido acumulando más problemas que salitre, pero este sábado un camión desde Morón iba con la ayuda de áridos para sepultar todos los remiendos. Y aunque ciertamente nadie en Júcaro tiene facultades sobre la Empresa Constructora el Vaquerito, la gestión de las autoridades de la provincia recabaron en buen puerto: habrá libre acceso a Palmarito, como habrá luminarias, una nueva nevera (reparada)…

Algunas soluciones tuvieron que “venir de arriba”, pero el gobernador de la provincia fue enfático al explicar que muchos de los planteamientos son competencia de los responsables municipales y pueden resolverse si el delegado se empeña. “Aquí no estamos para hacerle el trabajo al delegado, sino para impulsar o destrabar soluciones”, sentenció.

A su lado, el primer secretario del Partido, Liván Izquierdo Alonso, quien lo acompañó en el recorrido por Consejos Populares de Venezuela, ahondaba en una idea se reiterará en varias comunidades, pues cada semana el Partido estará chequeando la solución de los planteamientos en, al menos, un Consejo Popular. “Somos seis miembros del Buró Provincial, a ese ritmo, en un mes visitamos 24 y, en un trimestre 72, que supera la cantidad de Consejos Populares en la provincia (58). Eso nos permitirá hacer política desde la participación del pueblo, que es la mejor, manera”, insistía el secretario.

No obstante, dijo, tenemos que hacerlo mirando, cada vez más, hacia los barrios y menos hacia arriba porque las soluciones no siempre pueden depender del nivel central ni el país está en condiciones de sostenerlo.

Una cifra lo ilustraba. Hoy Ciego de Ávila sólo dispone de unos 9 000 litros de petróleo diario, cuando las necesidades andan muy distantes. Las guaguas de Transmetro, por ejemplo, necesitarían 14 mil litros diarios y la empresa Cubasoy debería consumir 8 000. En ese contexto, cualquier gestión de riego, viales o algo tan sencillo como llevar productos a una tienda, se complejiza.

En estos momentos los camaroneros debieran estar mar adentro en la captura; pero el combustible los tiene anclados. Aun así, ya la empresa pesquera va teniendo utilidades y superó la pérdida de 1,4 millones de pesos de 2021.

Por eso destrabar el burocratismo que impide que se sumen carretoneros a la recogida de desechos sólidos en Júcaro era una urgencia y ninguna de las razones esgrimidas para su imposibilidad fueron aceptadas por Tomás Alexis. Tampoco, el tramo de carretera que los conecta a la Circunscripción de la Susana, que tiene el presupuesto aprobado y adolece todavía de alternativas de las propias entidades del municipio.

Las soluciones tendrían que gestarse desde allí, sobre todo “porque Venezuela ingresa menos de lo que gasta y no puede seguir dependiendo del Estado”, aseguró Liván, quien llamó a soluciones diferenciadas, pues “no todas las madres con más de tres hijos menores recibirán viviendas, por ejemplo, pero sí podemos apoyar con determinados recursos”.

Lo sabe Yanaima Barrizanto Rodríguez, al frente de ese Consejo Popular hace más de dos años, quien ha visto cómo las empresas de allí han impulsado acciones y “han hechao palante la comunidad” de más de 2 000 habitantes donde todavía 38 familias, damnificadas por el huracán Irma, esperan por una vivienda.

Menos complicado (en cuanto a viviendas) está Jagueyal, el otro Consejo Popular de Venezuela al que llegaron las autoridades de la provincia. Allí, con solo tres subsidios aprobados en el plan, los delegados y autoridades mostraban desentendimiento de los tres casos que hoy tienen un subsidio y todavía no lo concluyen, uno de ellos ni siquiera comienza la cimentación.

“Tanta gente queriendo que le otorguen uno y aquí, con recursos asegurados y con entidades que podrían ayudar, y cobrar esa transportación de materiales de paso, están todavía definiendo quién va a resolver el problema. Así no avanzarán”, los requirió el primer secretario.

Jagueyal, rodeada de unidades productivas y con casi 3 000 habitantes, debería mostrar otro rostro, aun cuando la escuela que está dejando impecable la Empresa de Aseguramiento a la Educación (EPASE); la funeraria que mejoró en espacio y servicios, y las calles bacheadas, se empeñen en trastocar la vieja imagen.

Podrían avanzar más, a pesar de que José Flores Simón, el hombre que hace 32 años es delegado y lleva siete presidiendo ese Consejo Popular, sostenga que, apenas, quedaban cuatro planteamientos sin solución.

Uno de ellos es la nevera de la bodega; un mal que se agiganta en toda la provincia, donde más de 250 unidades necesitan equipos refrigerados y Comercio Interior no tiene presupuesto para cubrir ese déficit. “Esas cosas tienen que explicarlas los delegados, porque hay soluciones que no dependen, siquiera, de la gestión que hagamos”, puntualizó Tomás Alexis, quien los interpeló a buscar las soluciones que sí están en sus manos.

El terreno deportivo es otra de las deudas. Allí esperan por electrodos para soldar unas pequeñas gradas y el gobernador se preguntaba si de madera no se podían confeccionar. “Lo importante es el espacio y que los jóvenes puedan disfrutarlo, tienen que buscar alternativas en medio de las limitaciones”, precisó el gobernador.

Esa idea se reiteró en ambos Consejos. La transformación tiene que empezar desde adentro. La palabra la tienen los delegados y sus electores; pero las acciones también deben impulsarse desde allí.