Ciego con mejor visión

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Ciego con mejor visión

Posiblemente estas líneas no les caigan muy bien a quienes llevan meses y años vociferando improperios contra Cuba, anhelando y obrando para que la Revolu-ción se venga abajo.

Pero qué pena; no es para ese “selecto segmento” que las escribo, sino para los sensatos y agradecidos: la gran mayoría, por cierto.

Sucede que, en medio de tantas dificultades financie-ras y económicas, que se expresan en insuficiente abastecimiento de productos hogareñamente necesa-rios o en apagones eléctricos que a nadie animan (por citar solo dos realidades), Ciego de Ávila mueve cielo y suelo a favor de su semblante, como ciudad, y de un mejor funcionamiento de sus “órganos internos”.

Eso lo aprecia hasta el transeúnte interprovincial cuando el auto o el ómnibus le meten la nariz a la misma rotonda donde durante años pastaban tranquila e impunemente caballos, mientras hoy se empina un renovador proyecto para recibir o despedir al visitante, por medio de una fuente que no por azar tiene cinco puntas.

Ciego con mejor visión

El sol se pone “malcriado”, pero los trabajadores son más persistentes que él.

Como es de suponer y de esperar, siempre hay quien “raja” en contra de una obra así que, lejos de malgastar recursos, les da oportuno uso a fondos presupuestarios concebidos precisamente para ese tipo de empeños. Dicho sea de paso, lo que en verdad irrita y debe molestar a la población es que por inercia e inmovilismo deje de ejecutarse dinero en manos del territorio.

Pero volviendo al asunto, similares expectativas gene-ran los trabajos en el emblemático edificio de 12 plan-tas, en pleno corazón urbano, donde cobra cuerpo un vistoso proyecto de ambientación que reverencia de manera especial a la figura del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, mediante una bandera cubana y otra del 26 de Julio, pintadas en un extremo del inmueble y complementadas por imágenes alegóricas a la Sierra Maestra y su pico más alto (El Turquino), con recrea-ción artística, además, de los grados del Líder histórico de la Revolución.

Ciego con mejor visión

Cuba, el 26 y Fidel cobran forma en pleno corazón de Ciego de Ávila.

Por cierto, para quienes subrayan o vaticinan el ocaso de los valores humanos, desplazados por la codicia o el interés del dinero, les adelanto que el artista de la plástica Jesús Alberto Mederos Martínez, autor de la obra, se niega a cobrar ni un centavo por ella y afirma que regresará a Matanzas únicamente “con la gratitud del pueblo avileño y nada más”.

Hablando de valores… invito a regresar por un virtual instante a la rotonda oeste, donde abrazado y abrasa-do por un sol que raja piedras, un joven no solo suda a chorros camisa y pantalones junto a sus compañeros, sino que cada día, desde su teléfono personal, por inspiración propia, le envía un video a Liván Izquierdo Alonso, Primer Secretario del Partido en la provincia, para mostrarle cómo avanzó la obra en la jornada.

Si eso no se define como motivación, optimismo, satisfacción, entusiasmo y temprano sentido de pertenencia, por favor ayúdenme entonces a buscarle un nombre.

Ejemplos pudiera poner muchísimos más, al estilo de vecinos de edificios multifamiliares bajando ya a lim-piar el mismo entorno que ensuciaban o que permitían otros afearan.

Visión distinta traza también lo que ocurre dentro del hospital Doctor Antonio Luaces Iraola, donde directivos y trabajadores de numerosos organismos e incluso entidades privadas como la Mipymes Media Luna, están haciendo constructivamente lo que durante años no aconteció allí, para dejar esa institución no solo con la imagen y confort que merece sino también en condiciones mucho mejores para ofrecer sus servicios.

¿Se dan cuenta? Son apenas simples detalles, tangibles, visibles, comprobables, que quizás no resulten de agrado para quienes llaman desde fuera o se engullen anzuelo y billetitos verdes aquí dentro, en aras de crear confusión, disgusto, desaliento, inseguridad o rechazo hacia la dirección política del país y, de hecho, contra la Revolución.

Qué pena. En eso no podemos complacerlos. Tendrán que seguir esperando otros 60, 600, 6000 y más ca-lendarios, a lo largo de los cuales avileños, espiritua-nos, tuneros, santiagueros, pinareños, capitalinos y Cuba entera no dejará de levantar fuentes, izar bande-ras, construir parques infantiles, rescatar áreas y espacios a favor de la salud, de la educación y de todo lo que a la postre deviene hueso bien atravesado en la garganta del decrépito Tío Sam y de sus descendentes.

Así, sencillito… esta es Cuba.