De hecho, el más profundo latir avileño acompaña al pueblo yumurino desde el Museo de los Bomberos de Matanzas, donde se despiden a bomberos y a civiles, caídos en el incendio más devastador de la historia de Cuba.
Aunque el luto por tan lamentable pérdida sacude el alma de la nación, el gesto solidario del pueblo avileño, como el del resto de las provincias del país, se hace patente también en estos momentos de adversidad y desasosiego.
Desde hace catorce días, Ciego de Ávila siente profundamente el dolor de Matanzas por las víctimas del siniestro, razón por la cual desde este adiós definitivo hace que vibre también el más noble y puro latir de nuestro pueblo avileño.