Dengue y COVID-19: indicadores de riesgo en Ciego de Ávila

Imprimir
Inicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivado
 
Valoración:
( 0 Rating )

 

Dengue y COVID-19: indicadores de riesgo en Ciego de Ávila

La morbilidad por dengue y la COVID-19 en la provincia sigue sumando enfermos a las estadísticas y, si bien no podemos hablar de un empeoramiento de la situación epidemiológica, tampoco de mejoría; más bien experimentamos una meseta en las últimas dos semanas y la constancia es tan preocupante como un posible agravamiento, pues normaliza los síntomas y baja la percepción de riesgo.

Por eso, el doctor José Luis López González, subdirector de Epidemiología en la provincia, insiste en la responsabilidad individual, tanto para acudir a los puntos vacunales para recibir la dosis de refuerzo correspondiente, según cada grupo poblacional, como para practicar el autofocal, abrir las puertas a los operarios para la fumigación y cumplir con el ingreso domiciliario.

“El serotipo DENV-3 predomina en el territorio y es el más propenso a evolucionar hacia formas graves, incluso, el dengue hemorrágico. La vigilancia transcurre en el hogar y es primordial el rol del consultorio del Médico y la Enfermera de la Familia, sin embargo, hemos comprobado que las personas no cumplen con el ingreso domiciliario a cabalidad. Se ha indicado facilitar mosquiteros en los centros de Salud a quienes lo necesiten, siempre que existan”.

Hasta la fecha, la reactividad es de un 33,6 por ciento, número que se corresponde con 252 casos positivos identificados en una semana, con peor pronóstico en Morón, Bolivia, Primero de Enero y en el municipio cabecera. A esto se suma un índice de infestación de 0.26, de un mínimo permisible de 0.05.

En el caso de Majagua, declarado en transmisión abierta de dengue con anterioridad, la incidencia de la enfermedad comienza a descender y una reactividad cifrada en 9,7 por ciento demuestra la eficacia de las acciones intensivas llevadas a cabo allí. No obstante, el índice de infestación todavía es elevado, por lo que la presencia del vector y la posibilidad de que pique y enferme en un radio de 100 metros son factores de riesgo considerables.

Hoy no se aplica el tratamiento adulticida en el ciento por ciento del universo, como sucedía antes, debido al déficit de recursos, pero sí se lleva a cabo el bloqueo de caso, o sea, fumigar la casa del positivo y las aledañas. A su vez, cada semana se definen las manzanas más incididas y qué acciones realizar.

En lo referido a la COVID-19, se han identificado 48 casos autóctonos en los últimos 14 días, lo que nos pone frente a la disyuntiva de convivir en tiempo y espacio con dos enfermedades de sintomatología similar.

Según López González la prueba PCR se realiza en los centros asistenciales, una vez que la persona ingresa con síntomas sugestivos al virus y después de haber sido evaluada en una de las consultas para infecciones respiratorias agudas establecidas en la Atención Primaria de Salud. De igual modo, se presta especial atención a los niños aún sin vacunar o completar el esquema, las embarazadas y los adultos con patologías de base.

La tasa de incidencia es de 12,2 por ciento y, de las 19 áreas de Salud existentes en la provincia, ocho superan esa media, con énfasis en Venezuela, Bolivia y en el municipio cabecera.

Que ninguno de los controles de foco abiertos derive en un evento y cortarle alas al Aedes aegypti son retos mayúsculos aquí y ahora, si queremos que los indicadores epidemiológicos vuelvan a su zona de confort. No todo está hecho.