No habría ninguna conexión entre el esfuerzo de darle a los pedales y aprobar un código que regule la manera en que se forman y relacionan las familias, si no fuera, precisamente, por el empeño. No ha sido fácil llegar hasta este punto en el que a la norma sólo le resta el apoyo popular.

Visibilizar de todas las maneras posibles la pertinencia de un Código que salda viejas deudas en materia de derechos para una parte fundamental de nuestra sociedad movilizó este sábado a jóvenes en Ciego de Ávila.

Convocada por la Unión de Jóvenes Comunistas, la caravana multicolor recorrió las principales calles y avenidas de la ciudad, despertando a quienes todavía dormían y desperezando al resto, que miraba con cara de pregunta.

Entonces se oyeron llamados a votar sí el 25 de septiembre en el referendo, para luego repudiar el bloqueo estadounidense contra nuestro país. Eso entre pedaleo y pedaleo.

La iniciativa secunda una similar que aconteció esta mañana en La Habana, una manera distinta de movilizar a la gente en las urnas, después de un proceso largo de redacción y consultas.

Muchachos integrantes de la Federación Estudiantil Universitaria dijeron que entre las principales razones para votar sí por el Código está una incontestable: la norma no le quita derechos a nadie