Alejandro González Díaz, especialista de la Delegación Territorial del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) precisó que el proceso inició con el Taller de Gestión de Zonas Costeras, donde expusieron los objetivos y resultados preliminares de proyectos internacionales que contribuyen a la rehabilitación de ecosistemas de ribera.
Subrayó que, este mes, en predios avileños debe efectuarse la consulta con entidades adscritas al Ministerio del Turismo y el Grupo Hotelero Gaviota; en tanto, para diciembre está prevista la discusión en el Consejo Interinstitucional del Macroprograma de Recursos Naturales y Medio Ambiente.
De forma progresiva acontecerán intercambios con pobladores de asentamientos costeros, organizaciones políticas y de masas, centros universitarios y de investigaciones, y otras entidades cuya gestión está vinculada a los ecosistemas costeros ubicados al norte y sur de la provincia, añadió.
Agregó que esas localidades están identificadas como las más vulnerables a los efectos del cambio climático por el retroceso de la línea costera, las penetraciones del mar e inundaciones ante la ocurrencia de eventos hidrometeorológicos, por lo cual se destina financiamiento global al fortalecimiento de la resiliencia.
En el caso de Resiliencia Costera potencia la regeneración natural y asistida de manglares, además de crear capacidades en los habitantes de la localidad de Punta Alegre, al norte del territorio avileño, para fortalecer e integrar la reducción de riesgos de desastres y la adaptación al cambio climático en los planes de desarrollo socioeconómico.
Mi Costa aportará conocimientos a residentes en la comunidad costera de Júcaro, en la porción sur del territorio avileño, y mejorará las condiciones materiales para atemperarse a las condiciones ambientales imperantes en el planeta e integrar la adaptación basada en ecosistemas (ABE) a la planificación del progreso local.
Esclareció que la ABE consiste en la recuperación y el fortalecimiento de los servicios del humedal costero (manglares y bosques de ciénaga, de manera fundamental), lo que permitirá disipar la energía del oleaje extremo y fuertes vientos en caso de eventos hidrometeorológicos.
Ambos proyectos abordan los principales elementos del Plan del estado cubano para el Enfrentamiento al Cambio Climático (Tarea Vida), al concebir acciones dirigidas a mejorar la calidad de vida y el bienestar en comunidades situadas en litorales.
Responden al interés de proteger la zona costera y lograr la adaptación a las variaciones del clima en los municipios más vulnerables de las costas norte y sur de Cuba, dijo.
González Díaz enfatizó que el futuro Decreto Ley de Costas tiene el propósito de establecer los mecanismos, acciones e instrumentos que se ejecuten en la zona costera y su área de protección, dirigidos a la administración y el uso sostenible, mediante la conservación, gestión ambiental y el monitoreo.
Regula las actividades en asentamientos humanos y los procesos de desarrollo socioeconómico en esos ecosistemas.
Introduce como principales novedades la incorporación de contenidos de directivas para el enfrentamiento al cambio climático, emitidas en los años 2011 y 2016 para salvaguardar las comunidades costeras, playas arenosas, los manglares y crestas de arrecifes de coral, significó el también Coordinador de Mi Costa en Ciego de Ávila.
Además, se amplía el ancho de la zona costera y la zona de protección, define siete tipos de litorales y delimita las responsabilidades institucionales, además de abordar cuestiones relacionadas con el ordenamiento territorial y urbano en esos espacios.