Medicina avileña por reducir las muertes violentas

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Los resultados más prominentes de la ciencia, tecnología e innovación en Ciego de Ávila durante el año 2022 fueron reconocidos hoy en el acto provincial por el Día de la Ciencia Cubana, que se celebra cada 15 de enero.

Medicina avileña por reducir las muertes violentas

Su estudio, desarrollado por más de quince años, responde a un problema de salud mundial: la elevada mortalidad del trauma craneoencefálico grave y “la ausencia de evidencias científicas sobre el beneficio de las medidas para el control de la hipertensión intracraneal que se asocia en más del 65 por ciento de estos casos”.

Desde 2003, en el Servicio de Neurocirugía del Hospital Provincial General Docente Roberto Rodríguez, de Morón, se monitorea el uso de la craniectomía descompresiva, para el control temprano de la presión intracraneal.

Para que se entienda, se trata de un procedimiento quirúrgico en el que parte del cráneo se elimina para otorgar espacio para expandirse a una inflamación del cerebro. Entre 2003 y 2006 se procedió con el tratamiento habitual en traumas craneoencefálicos graves a 23 pacientes que formaron parte del estudio, y con la craniectomía a otros 46, en los que se redujo la mortalidad hasta un 14,78 por ciento, y se logró controlar la presión intracraneal en la mayoría de los casos. Hasta 2020, el estudio había probado ya su valía en 230 pacientes.

Los aportes de la investigación van más allá de las vidas salvadas en este grupo. Se redujo la ventana terapéutica (rango en el que se puede aplicar un fármaco o procedimiento sin dañar al paciente) a 12 horas y hasta 3 (mientras las guías de tratamiento recomendaban 48), lo que permite actuar más rápidamente en favor de la vida humana.

Además, se demostró el provecho de ampliar el diámetro del hueso de solapa (fragmento del cráneo que se extrae) a más de 15 centímetros, y “una fortaleza inmensa fue la monitorización continua de la presión intracraneal y la presión de percusión cerebral, práctica en la que nuestro hospital es líder nacional, junto al hospital Manuel Ascunce, de Camagüey”.

¿Resultados? “La mortalidad estuvo en un 28 por ciento y las complicaciones escasas”. Se mantuvo “una adecuada oxigenación cerebral, con bloqueo de la evolución natural hacia el daño secundario. Eso fue fundamental”.

Haciendo ciencia y aplicándola a la praxis médica, el doctor Lacerda ya es avezado. Esta investigación en específico generó su propia tesis doctoral (en 2009), más de 30 participaciones en eventos científicos y 17 publicaciones en revistas de alto impacto en el mundo entero.

Los resultados se han introducido en hospitales de Camagüey, Matanzas, Santiago de Cuba y Las Tunas, avales que también le valieron el Premio Nacional al resultado de la investigación científica de 2022, que otorga la Academia de Ciencias de Cuba, de la que el doctor es miembro de honor.

Según la Revista Cubana de Medicina Intensiva y Emergencias, cada año mueren aproximadamente 1,5 millones de personas afectadas por traumatismos craneoencefálicos, que, a su vez, son resultado de accidentes de tránsito, caídas de altura o “de sus pies”, y heridas por armas de fuego y objetos punzantes.

Traumatismo Craneoencefálico: saldo para avileños en 2019

De acuerdo con las estadísticas recogidas por el doctor Carlos Rojas Borroto, del Servicio Provincial de Neurocirugía del Hospital General Docente Roberto Rodríguez, a esa institución del avileño municipio de Morón ingresaron 45 pacientes con traumatismo craneoencefálico (TCE) durante 2019.

 “Se le ha llamado la epidemia sencilla —comenta el doctor Lacerda Gallarado—, pues desde épocas ancestrales, las guerras y el desarrollo tecnológico de la actualidad y de la industria automotriz con los accidentes, han cobrado más vidas humanas que cualquiera de las grandes epidemias conocidas por la humanidad; entonces, este constituye un problema de salud de escala mundial”.

El doctor Ángel Jesús Lacerda Gallardo fue nombrado hace poco miembro de honor de la Academia de Ciencias de Cuba. Invasor cuenta una vida de formación y de experiencias hasta llegar allí.

Un problema de salud al que se le pone, desde Ciego de Ávila, ciencia y corazón, porque Ángel Jesús Lacerda Gallardo no sabe trabajar de otra manera.