Qué 90 años no es nada

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Qué 90 años no es nada

El pasado sábado, falleció Sergio Gutiérrez Perdomo. Reeditamos  la entrevista que apareció en Invasor  cinco años atrás. No debería hablarse del movimiento deportivo del territorio avileño sin mencionar el nombre de quien fuera el primer director de deportes de la provincia.

Llevo horas tratando de buscar el inicio de esta entrevista, no porque quiera dármelas de buen entrevistador y escribir un primer párrafo impactante, sino porque este hombre, a los 90 años de edad, me ha dejado la sensación de tener el mismo optimismo de cuatro décadas atrás.

Ahora mismo, cuando llegamos a su hogar, estaba deleitándose por la televisión de un partido de béisbol.  Parecía que todo su mundo era esa pequeña pantalla.

“Es que mi vida ha sido esta y ya no sabría vivir si no es para saber de una nueva victoria de Los Tigres, de los triunfos del hockey, y de las tantas coronas de Los Búfalos del baloncesto.

Mi familia dice que es como un vicio y, en verdad, soy un vicioso del deporte.”No es un “cliché” escribir que si de relatar la vida relacionada con la actividad del músculo de Sergio Gutiérrez Perdomo se trata, harían falta no pocas cuartillas por llenar, pues fue desde el máximo jefe del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación en el municipio de Ciego de Ávila, entre 1961 y 1967 hasta subdirector de Deportes en Camagüey. Luego se convirtió, en 1977, en el primer director del Sectorial Provincial de Deportes en nuestra naciente provincia avileña. Fue por eso que esta entrevista comenzó al revés, cuando ya sentado en la sala de su casa fue él quien me preguntó: “¿cuántas veces habremos hablado tú y yo de deportes?”

Le respondí que esta no sería la última y entonces me miró, de tal manera, que no supe leer su expresión y solo atiné a romper el hielo con la interrogante que había situado en el número uno de mi cuestionario.

—¿Qué deportista avileño le causó más admiración en todos esos años?

—Para mí, Mercedes Pomares ha sido la atleta más grande que ha dado esta provincia. Yo no le quito el mérito a los cuatro campeones olímpicos con que contamos, pero la majagüense en su momento, fue, si no la mejor, una de las más destacadas de Cuba y del mundo. No obstante, si me hablas de admiración me quedo con el pesista Pastor Rodríguez, no solo por sus cualidades atléticas, también por su entrega total al deporte desde que lo conocí.

—No pocos atletas, entrenadores o directivos en la actualidad se quejan de que les falta “esto o aquello”. ¿Eso se dio en su época?

—El tema ya me lo han insinuado algunos de los viejos compañeros cuando, de vez en vez, nos encontramos, mas cada tiempo tiene su detalle . Hicimos, a mi entender, lo que correspondía en aquel entonces en que no se contaba con casi nada. No había Escuela de Iniciación Deportiva Escolar (EIDE) y poquísimos entrenadores, a lo que se agregó, por ejemplo, en el caso del béisbol, que peloteros de valía se fueran a residir a la ciudad de Camagüey, pues allí tenían más posibilidades en todos los sentidos.

“En verdad, comenzamos de cero y creo que sembramos la semilla para lo que vino después. No me gusta que se compare el trabajo de los de ahora con los que estuvimos antes.

Cada cual hace lo que su momento le indica. Eso sí, para responderte mejor, nosotros no podíamos pedir mucho porque había muy poco, aunque vivimos una época romántica en la que de solo poder organizar una competición deportiva, laconsiderábamos un éxito.”

—Recuerdo que en su época ya se decía, por ejemplo, que Ciego de Ávila era la Capital del Ciclismo cubano...

—Eso se debió, no solo porque contábamos con varios pedalistas de nivel, sino porque en la Primera Vuelta a Cuba, Reynaldo Paseiro, entonces comisionado nacional de esta disciplina, nos elogió por las atenciones que tuvimos con todos los integrantes del giro, al extremo que decidió que fuera aquí el día de descanso de la Vuelta en las siguientes ediciones.

—Ya veo que aún tiene una memoria privilegiada para su edad. Le reto a que me relacione el primer consejo de dirección de la provincia.

—Te lo responderé sin problemas,  déjame decirte que lo de hace 30 o 40 años no me da trabajo acordarme, pero algunos hechos que sucedieron hace solo meses se me olvidan. ¡Cosas de viejos! El jefe de Actividades Deportivas era Ramón Pérez Morales, un hombre que, también, hizo historia en el deporte del municipio de Morón. Además, estaban Roberto Jiménez, que atendía la Cultura Física; Jesús Morales, al frente de los Recursos Humanos; Miguel Peña era el de Divulgación y Propaganda; Arnaldo Moreno se desempeñaba como económico; Agustín Bravo, en la parte presupuestada; y Luis Acuña como secretario. A todos los recuerdo con mucho cariño.

—Y si ahora, al término de esta entrevista, yo le invitara a que le hablara a los muchachos que estudian y entrenan en la EIDE Marina Samuel... ¿qué les diría?

—Lo primero que les expresaría es que el deporte no debe tomarse como un medio de vida. Es una fuente de salud y bienestar para ellos y para los que les van a aplaudir cuando triunfan. Si logran interiorizar esto, podrán o no ser atletasde élite, pero al final se sentirán más realizados. Algo así les comentaría.