Cuando hace dos semanas los Centros de Diagnóstico y Orientación (CDO) de Florencia y el municipio cabecera eran acreditados con la categoría de Certificado —como parte del proceso de perfeccionamiento de la educación cubana—, siete de los diez centros municipales de este tipo con que cuenta Ciego de Ávila lograban acreditarse y avalar así su calidad en el diagnóstico psicopedagógico, la orientación y el seguimiento a deficiencias en el aprendizaje desde edades tempranas.
Carlos Rafael Olivera Isern, director del Equipo Técnico Asesor del CDO Provincial, explicó a Invasor que la misión de estas instituciones está dirigida a garantizar el proceso de diagnóstico con calidad y enfoque preventivo, mediante la labor de orientación, seguimiento y evaluación especializada, con especialistas preparados que asesoran a los equipos metodológicos de los diferentes niveles educativos y orientan a las familias.
Una de las vías que ha garantizado la intervención desde edades tempranas, precisa el especialista, ha sido la identificación, por parte de las promotoras y ejecutoras del Programa Educa a tu Hijo, las educadoras de círculos infantiles y las maestras del grado preescolar, de aquellos infantes de la Primera Infancia que no vencen los logros del desarrollo establecidos para esa etapa. Para ello resulta fundamental la preparación que desde los CDO recibe este personal educativo para detectar los signos de alerta y, a partir de ahí, poder intervenir con la atención especializada.
Igual de importante para el trabajo preventivo con la Primera Infancia ha sido el vínculo estrecho con consultas especializadas del sistema de Salud Pública, como la de Neurodesarrollo —segundo y cuarto miércoles de cada mes—, la de Hipotiroidismo, la de Audiología, la de Oftalmología y la de Psiquiatría Infantil (asociada al Trastorno del Espectro Autista), hasta las que llegan los especialistas de estos centros. Sin embargo, como apunta el director del Equipo Técnico Asesor del CDO Provincial, muy relevante para el trabajo con estas edades es la preocupación familiar, dado que no es nada despreciable el número de padres que se acercan a estas instituciones en busca de ayuda especializada.
El seguimiento y la orientación continúa en edades posteriores, desde el diagnóstico preventivo, participativo y enriquecedor que se proponen los CDO como misión, para el que, detalla Olivera Isern, constituye un elemento clave el diagnóstico de preescolar. A partir de ahí prosigue el seguimiento en la etapa de aprestamiento del primer grado y, al término de ese grado, se evalúa si el niño logra vencer o no los objetivos de este para determinar si se pasa al proceso de profundización del diagnóstico. Todo ello, desde el consentimiento familiar informado, donde se aprueba que el infante se incorpore a la labor de orientación, pues “hay familias que se niegan a la atención y tenemos que abstenernos, aunque sepamos que ese niño la necesita”.
A este accionar se suma la orientación y dinámicas familiares, así como la atención a alumnos de grados superiores con determinados trastornos socioemocionales, que inciden en el comportamiento. Para asegurar la calidad en estos servicios, los CDO municipales no solo han logrado el completamiento de una plantilla que incluye seis especialistas (psicólogos, psicopedagogos, logopedas, psicometristas, pedagogos y un jefe de equipo), sino también la estabilidad y superación de estos, uno de los aspectos claves para poder ser acreditados.
En el caso particular de los municipios de Ciego de Ávila y Morón, como tienen una mayor población, cuentan con un equipo de dos personas que atiende exclusivamente la edad temprana, lo que ha permitido fortalecer la intervención en estas edades.
Actualmente, 1609 menores de edad se encuentran en orientación y seguimiento en los CDO de la provincia, de ellos, 716 de la Primera Infancia, 842 de la Educación Primaria, 24 de Secundaria Básica, cinco de Preuniversitario y 22 de la Educación Técnica y Profesional.