No solo fue el maratón que se corrió temprano en la mañana, ni la arrancada de una etapa de ciclismo de más de 70 kilómetros..., hubo de todo en esta jornada para saludar el Día del Deporte Cubano, del que Ciego de Ávila fue sede este año.
Desde simultánea de ajedrez, hasta competencias de tenis de mesa y tablas gimnásticas que adornaron el centro de la ciudad en una mañana bien linda, mucho más porque fueron miles los asistentes.
Los trabajadores del deporte en la provincia se vistieron de largo en estos días de jolgorio. Se hizo evidente que fue muy serio el trabajo de los organizadores, algo no tan fácil en tiempos difíciles, a lo que se agregó que hasta las inclemencias del tiempo amenazaron con desbaratar todos los planes previstos. Pero al final hubo una gran fiesta de la actividad del músculo.
Cuando el organismo deportivo pase balance a lo realizado este año, con sobrada razón tendrá que sentirse orgulloso de lo realizado en estas intensas jornadas. Fue una proeza en medio de las actuales carencias.
Pero no espero al resumen para felicitar a la Dirección Provincial de Deportes, no obstante a que ya se me adelantó Osvaldo Vento, presidente del Inder, aunque antes, con el entusiasmo de siempre, lo hizo el pueblo avileño. Gracias, familia deportiva.