Central Patria o Muerte, antiguo Patria
Fecha de fundación: 1916
Primera Zafra: 1917
Barrio antiguo: Morón
Municipio actual: Morón
Propietarios: Inicialmente Pérez Miel, después pasa en 1921, al control de Laureano Falla Gutiérrez.
Entre sus dueños estaba Alejandro Suero Balbín.
Capacidad potencial de molida diaria en 1958: 225000 arrobas. Era el central No. 92 en la lista de producción de los centrales cubanos.
Cantidad de tierras propias: 527 caballerías.
Debe su nombre a un mujer, familiar allegada al propietario.
Historia: Parte indisoluble del devenir social y económico del territorio de Morón lo constituye el Central “Patria o Muerte”. El poblado, integrante de la zona urbana del municipio, se ubica a unos 3 kilómetros al sudoeste de la Ciudad del Gallo.
La construcción de la industria comienza en 1914, en los terrenos de la colonia “Santa Catalina”, cedidos por su propietario el Sr. Manuel Mariño Correjas, de origen español, que la había adquirido del moronense Luis Miguel Pardo, con un área de 10 caballerías de las mejores tierras que más tarde tuvo que vender a la Compañía propietaria del Central a precios muy bajos.
El tipo general de vivienda que conforma la zona central del poblado es de arquitectura vernácula, con predominio de madera y tejas. Actualmente se han construido edificios multifamiliares en las afueras, por lo que el centro del poblado mantiene la tipología original.
Fue nacionalizado el 13 de octubre de 1960 y fue el primer central de Cuba que inició en 1963 una zafra con el corte y el alza de caña totalmente mecanizado. El ingenio en sus áreas cañeras fue visitado por el comandante Ernesto Che Guevara cuando este desempeñaba las funciones de Ministro de Industria.
Hoy el batey cuenta entre sus instalaciones con dos Institutos Politécnicos, bodegas, un centro comercial, áreas deportivas, servicios médicos, estomatológicos, escuelas de enseñanza primaria, entre otros y con la expansión de la ciudad de Morón, casi el poblado se une a esta.
El central fue paralizado y en la actualidad sirve como museo, el que es visitado asiduamente por turistas nacionales y extranjeros y desde él parte una excursión campestre a bordo de un tren tirado por una locomotora a vapor denominada “Tras las huellas de azúcar”.