Agosto se desvanece y muchos pudieran pensar que la alegría merma, sobre todo en la niñez y la juventud, “amenazada” por el final de las vacaciones y el retorno a las aulas
Agosto se desvanece y muchos pudieran pensar que la alegría merma, sobre todo en la niñez y la juventud, “amenazada” por el final de las vacaciones y el retorno a las aulas.
Sin embargo, la vida es más rica y depara sorpresas increíbles. Los muchachos de mi barrio mantienen el disfrute, minuto a minuto, en imagen que se repite en diversos lugares de la provincia y más allá.
Las áreas del verano siguen a tope. En definitiva el tiempo amerita refrescar, y más cuando se avecina una temporada de estudios que, a pesar de placeres y beneficios, siempre genera tensiones.
A las vacaciones casi les quedan horas, pero a la sonrisa le abundan vidas. Siento la sensación de que las clases llegan con el optimismo desbordado de la nueva generación, la encargada de seguir, transformar, superar...
Ya se respira el ambiente de ajustar uniformes, preparar mochilas, forrar libros, y en los diálogos de los menores salen a flote expectativas que provocan, en algunos mayores, la sensación de vestirse como ellos, ajustarse la pañoleta y partir el lunes a la escuela.
Ahí estaremos, niños, jóvenes, padres, maestros y personal de apoyo, listos para asumir la magia de un nuevo período docente con el aprendizaje como protagonista.
Volverán escenas que ya forman parte de la idiosincrasia del cubano: las calles y caminos rurales llenos de personitas apuradas y curiosas; padres remolones agitando a sus chiquillos, cuando debieron ser ellos los de la premura; algún que otro llanto de los más apegados al hogar; más el fabuloso encuentro con amigos y docentes.
Nacerán el 2 de septiembre amistades que perdurarán hasta la vejez, anécdotas inolvidables, romances; nuevos elogios y a la vez regaños; preocupaciones para padres, abuelos y docentes, sobre todo con el control adecuado del uso de las nuevas tecnologías.
Mas la jornada tendrá el matiz de la felicidad añorada por aquellos gigantes de convicción martiana, quienes vieron en la cultura la vía idónea para construir una nación de bien por una suerte de magia generadora de sabiduría.
Tomado de Invasor:
http://www.invasor.cu/es/secciones/sociedad/magia-de-los-saberes