Belice  es un pequeño país situado en América Central, con costas en el Mar Caribe. Tiene fronteras con México y Guatemala. Su capital es Belmopán. Su población es en la mayoría de habla inglesa. Obtuvo su independencia política en 1981.

Fue a principios de los años 90 cuando llegaron a Belice, aun sin establecer relaciones diplomáticas,  los primeros colaboradores cubanos de la salud, y desde esa fecha no ha cesado el intercambio. El paso del terrible huracán “Mitch” por Centroamérica en 1998 y su devastador daño motivó que esa cooperación de incrementara.

Desde entonces,  galenos y técnicos de salud dispersos por toda la geografía beliceña,  son el paisaje cotidiano y receptor del amor y el agradecimiento de este pueblo.

En el mes de marzo, un grupo de 58 colaboradores de batas blancas viajó a Belice para trabajar junto a los médicos de esa nación en el enfrentamiento a la Covid-19.

El avileño Rothens Almanza Hernández, es Médico General Integral e integrante de la  Brigada Henry Revee y junto al resto de sus colegas ha sentido que los beliceños no dejan de admirar y apreciar lo que por ellos hacen.

El cumplimiento de otras misiones internacionalistas le ha dado la posibilidad de conocer culturas y personas, que reconocen los valores humanistas y solidarios de la labor de los profesionales de la Salud cubana.

El joven galeno añora a su familia, abrazarlos a todos, especialmente a su pequeña, que cada vez que conversa con él le pregunta que cuando estará de regreso, a lo él que responde: “Cuando termine de curar los niños enfermos”. Allá en Belmopán, la capital de Belice, Rothens sabe que el regreso será gratificante, porque cumplirá con su deber, como lo prometió.

Agradece los aplausos de cada noche que desde Cuba, intentan transmitir el agradecimiento y la admiración, de este pueblo que espera por él y por los otros héroes.