Edificación con marcada influencia árabe sita en la calle Independencia esquina Simón Reyes.

El 1ro de octubre de 1907 el señor Antonio Hernández Hernández y su esposa Francisca Samper y González compran el solar donde posteriormente se erigirá la farmacia más lujosa de la ciudad de Ciego de Ávila, no solo por ser el único inmueble en todo el centro histórico con valor morisco, sino por los valores muebles que poseía dicha farmacia llamada “La Fe” cuyo propietario Don Antonio Hernández Hernández se dio a la tarea de organizar en segunda planta su vivienda privada y en la primera planta los almacenes y la propia farmacia.

Según cuenta la leyenda de tradición oral de la época señala que Don Antonio se dio a la tarea de encargar un proyecto arquitectónicamente  diferente a las otras construcciones de la ciudad y que una vez terminado destruyó el plano para evitar futuras repeticiones, cierto o no este hecho, sí nos consta que es verdaderamente único por sus características tipológicas.

El local abrió sus puertas el 5 de abril de 1909, en la planta baja de la fachada observamos pares de columnas donde descansan arcos polilobulados bellamente decorados con motivos florales. Se destaca la utilización de dobles líneas rectas para diferenciar los distintos tipos de motivos decorativos.

Las columnas de tamaño reducido con motivos decorativos y una base que soporta los arcos, simulando grecas simétricas estos arcos polilobulados tanto los de primera como los de segunda planta presentan deprimidos acentuando la belleza de los mismos, la pared de fondo en primera planta posee vanos adintelados, rematando estos vanos existió una moldura muy trabajada similar a uno de los motivos decorativos de la fachada y sobre estos una moldura parecida  a un alero de sobradillo.

En la fachada lateral del portal tiene el mismo arco circular pero sin lóbulos, ni trabajos decorativos, tampoco existe la enmarcación con el techo del portal en ambas plantas en su parte inferior es rematado con una moldura lisa; a ambos lados de la fachada se observan columnas de sección rectangular, que tienen la función de soportar mayormente las cargas de la estructura.

En la segunda planta existe un mayor grado de detalles y de complejidad en la decoración siendo de otra dimensión el ancho de la doble línea  vertical y horizontal.

No existen pares de columnas aunque posee la misma decoración de la primera planta, los arcos en este caso son conopiales, polilobulados también con el mismo trabajo en los deprimidos.

Los balcones lumínicos muy trabajados de columna a columna, poseen moldura tanto en la parte inferior como superior.

Rematando la fachada existe un alero sobradillo que descansa sobre una franja muy decorada con pequeños arcos apuntados.

Se aprecia el uso de almenas ricamente trabajadas con fines decorativos, coronando la fachada.

La pared de fondo de la segunda planta posee 4 vanos coronados con arcos circulares con vitrales diseñados con círculos que bordean un círculo central  donde en los extremos se resaltan las iníciales OR.

Enmarcando todos los vanos existe una moldura decorada en la fachada lateral del balcón en la que se observan arcos conopiales pero despojados de todo tipo de decoración.

La carpintería es de dos hojas de tipo cuarterón.

La influencia morisca de esta edificación se aprecia solo a nivel de fachada, la ubicación de la planta se ajusta al modelo ecléctico. Posee valor1.

Construido en el año 1874, propiedad del señor Alejandro Suero Balbín, español de origen, radicado en Ciego de Ávila, rico comerciante y propietario de numerosos inmuebles de la localidad.

Este local  fue construido para casino español según consta en plano de la época regalado por el ingeniero topógrafo Serapio Echeverría  al teniente coronel Francisco González del Hoyo esposo de la  poetisa camagüeyana doña  Aurelia del Castillo en el año 1875 el casino presta el  local a la iglesia pues esta era de madera y guano y se había derrumbado, el documento consultado del obispado de Camaguey reconoce que desde 1876 se aceptó el préstamo hasta 1880. Ya en la guerra de 1895 se plantea que la edificación fue utilizada para comandancia del ejército español, la cual acogió al alto mando  de oficiales y un gran número de soldados que operaban en la trocha de  Júcaro a Morón. Posteriormente sufrió diversos usos, actualmente es  el Museo Provincial de Historia.

Esta edificación posee excepcionales valores históricos y arquitectónicos, no solo es una de las más antiguas de la época colonial sino la mejor conservada, presenta cubierta de madera y tejas criollas muy bien conservada, columnas de madera con pie derecho y alto puntal; protegiendo la fenestración original se observan rejas de hierro forjado. En su interior se aprecian arcos de medio punto con vitrales que se apoyan sobre pilastras adosadas a los muros y puertas mamparas decoradas. En el patio existe un pozo original característico de la época .Por lo excepcional de sus valores posee grado de protección 1 y fue premio nacional de conservación en el año 2015.

Edificación puntual del eclecticismo en Ciego de Ávila, sito en la calle Joaquín de Agüero, esquina Simón Reyes construido en el año 1922, con fines hoteleros y considerados uno de los mejores en su época.

El 6 de febrero de 1920 el señor Luis Gómez de la Torre, español radicado en esta ciudad, concurrió ante el notario Rafael Flores del Monte como gerente de la “Sociedad Mercantil Colectiva Joaquín Gómez y Hnos.”, para realizar el contrato de obra del inmueble donde fungió como contratista el señor Vicente Rossell y Palmer, español radicado en esta ciudad. La obra se realizaría con fondos de dicha sociedad; el proyecto fue ejecutado por el ingeniero don Pedro de Pastors, de reconocido prestigio en la localidad por su amplia labor como proyectista de la obra de La Trocha de Júcaro-Morón en la versión de Weyler, y  en otros inmuebles como la Colonia Española, el plazo de ejecución de la obra quedó acordado para siete meses, debiendo quedar terminado para el 20 de septiembre de 1920, con un precio de $60 000 en moneda oficial.

Al morir el señor Joaquín Gómez de la Torre en 1920, las acciones pasan a sus herederos (padres, hermanos, hijos) haciéndose el trámite pertinente en 1923 por su hermano Luis Gómez.

A pesar de la fecha establecida para la terminación de la obra, aparece en uno de los remates del edificio la fecha de inscripción MCXXII, lo anterior, más una nota de prensa en el periódico “La Región” del martes 24 de octubre de 1922, confirman que fue en este año cuando se concluyó la ejecución.

Varios fueron los servicios que ofertó el inmueble y diferentes sus propietarios, uno de los cuales fue el comerciante Domingo Alonso, quien procedente de Regla se instaló en esta ciudad, instalando allí una cafetería, restaurante y cantina llamada El Ariete.

También se instaló la agencia de viajes por ómnibus denominada “La Flecha de Oro “, que se caracterizaba por viajes de carácter nacional Habana-Santiago, el tránsito por allí era de carácter obligado y se hacía coincidir con los horarios de almuerzo y de comida, lo que beneficiaba el negocio por la diversidad de clientes que atraía.

También estuvieron ubicados pero en su primer nivel, una barbería denominada El Ariete, además de una consulta de un dentista y una quincalla, servicios que se vieron favorecidos por la ubicación de la edificación.

El inmueble posee planta en forma de C que recuerda la arquitectura doméstica colonial cubana, de sólidos muros exteriores, amplios corredores públicos potentes columnas; por la calle Simón Reyes tenía seis puertas que comunicaban con el salón principal del restaurante. El vértice del ángulo que forman las dos fachadas es ochavado, con una gran  puerta de acceso al salón.

El segundo nivel, aunque se desarrolla en el mismo tipo de planta, esta es un poco más amplia que la inferior, pues ocupa el espacio de los portales, con 18 habitaciones, siete con visuales hacia el patio interior y el resto, mirando hacia las dos calles que forman la esquina del edificio.

A la azotea el acceso era a través de una escalera de caracol que desembarcaba en un cuarto mediano dando paso al resto de la cubierta desde donde aún hoy se divisa una parte considerable del centro de la ciudad.

La fachada original, según fotos y testimonios de la época, poseía por la calle Simón Reyes cuatro arcadas carpanel corridas de acceso a un amplio portal que comunicaba con el interior del salón-restaurante a través de tres grandes puertas y tres ventanas corridas hasta el suelo, delimitadas estas últimas por balaustradas a la altura aproximada de 80cm. Los arcos descansan sobre pilastras con capiteles de un toscano recreado. Los contornos de estos arcos se encuentran resaltados por una pequeña voladura de unos 5cm. aproximadamente, estando rematados en su punto máximo por una ménsula decorada con pequeñas molduras. En el espacio comprendido entre uno y otro arco aparece una guirnalda con un fin netamente decorativo y que recuerda los óculos renacentistas. Una puerta más amplia ocupa la parte inferior del ángulo ochavado.

Por el frente a Joaquín de Agüero se repiten los mismos motivos, otras cuatro arcadas idénticas a las antes descritas, con siete puertas de acceso a locales distintos, tres al salón de la cantina y restaurante, dos a la agencia de viajes y dos a la barbería. Después del cuarto arco, la fachada se prolonga con uno de medio punto que señala el acceso a la planta alta, luego otros dos arcos iguales a los primeros mencionados, con cuatro puertas, dos de ellas que servían de acceso al gabinete del dentista y otras dos a la quincalla.

La sección ochavada presenta un ancho arco carpanel, que junto con la puerta enmarcaban la vidriera. Todos los vanos eran adintelados y las puertas de hierro, tipo rodillo. El puntal de este primer nivel es ligeramente más alto que el de la superior; ambas se unen por una sencilla cornisa sutilmente volada y escalonada. Todos los muros presentan incisiones horizontales.

En la planta alta con el frente a Simón Reyes se destacan cuatro vanos con arcos de medio punto que corresponden a cada una de las habitaciones en su comunicación visual con el exterior, cada uno de estos vanos limitado por balaustradas al nivel de la fachada con una exquisita puerta del tipo francesa. Los medios puntos formados por lucetas rematadas con acrílicos de colores, de formas geométricas, sencillas, con empalme vertical. Entre cada vano, una compleja moldura ornamental, similar a un blasón de la nobleza.

El acceso por la calle Joaquín de Agüero, la fachada es idéntica a la antes descrita, exceptuando la existencia de tres arcos más, el quinto de ellos limitado igualmente por balaustradas, pero algo volada sobre el nivel de la fachada. La sección ochavada presenta un vano ancho con arco carpanel, seccionado verticalmente convirtiéndolo en dos balcones un tanto volado sobre el nivel de la fachada. Remata en un friso con sucesiones de ménsulas que soportan la cornisa, más volada que la del nivel inferior, escalonadas igualmente y que concluye con un pretil que alterna el simple paño liso con balaustradas lumínicas. La sección ochavada presenta un remate quebrado en cuyo centro se ubica un medallón helicoidal que enmarca el centro de atracción arquitectónica del edificio.

Construida en el año 1920, propiedad del señor Alejandro Suero y Balbín, rico comerciante de esta ciudad y propietario de numerosos terrenos y de edificaciones en la última década del siglo XIX.

Precisamente en esta época le compra al comerciante español Celestino Cases, una casa que este había fabricado en la Avenida O, entre 35 y 37 en Punta Gorda, conocida como la “Quinta Morisca”, en la ciudad de Cienfuegos, unos años después Balbín le regala esta casa a su hija Amparo como regalo de bodas, al contraer matrimonio esta con el acaudalado comerciante Acisclo del Valle Blanco, allí fijaron su residencia y en el año 1917, realizan la ampliación del suntuoso edificio conocido hoy como “Palacio de Valle”.

Edificación perteneciente al estilo ecléctico, caracterizado por la presencia del portal corrido en forma de galería con columnas de sección cilíndrica, con capitel de orden compuesto, posee un cintillo decorado a mitad, estos soportan la cornisa y la balaustrada lumínica bellamente decorada, rematada con repetitivos copones, muy bien conservados, posee un segundo nivel con idénticas características, este nivel solo abarca una parte de todo el lote, el cual constituyó la vivienda de los antiguos dueños de este comercio del cual llevaba su nombre.

Este elegante edificio construido en 1925símbolo del poder económico es uno de los inmuebles más distintivos  en el Centro  Histórico de la ciudad de Ciego de Ávila.

Caracterizado como un edificio ecléctico, con características neoclásicas fundamentalmente a nivel de fachada, en el apreciamos en el centro un frontón  triangular bordeado por molduras, modillones y  decoración geométrica, cornisa de gola recta y friso simple, arquitrabe liso que descansa sobre pares de columnas monumentales de fuste estriado y capitel de orden compuesto.

Conserva carpintería original rematada, por frontoncillos triangulares apoyados  en ménsulas. Este inmueble posee valor 1.

Edificio de estilo ecléctico, construido entre el año  1925 a 1930, posee gran valor arquitectónico y ambiental, conserva casi todos los elementos originales, pretil en balaustrada con elementos decorativos, cornisa de gola recta, apoyada en ménsulas en toda su longitud, friso decorado y arquitrabe liso, columnas con capitel de orden compuesto, conserva puerta de entrada principal original de madera dura, coronada con escudo sostenido con figuras de animales al relieve y modillones.

La carpintería en planta alta es original, compuesta por puertas ventanas francesa de cuarterones  y pequeños rematados con rejas de hierro fundido decorados.

Es un inmueble con grado de protección 1.