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    Diario Granma vuelve sobre la bancarización y responde a sus lectores

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    Granma

    Cierto que no en todos los establecimientos existen condiciones para realizar operaciones digitales, ya sea por no contar con pos o acceso a pasarelas; pero los sujetos a la Resolución tienen la responsabilidad de crearlas en el plazo de los seis meses establecidos en el cronograma de implementación

    Tomado de Diario Granma

    En Jatibonico, donde vivo, tenemos dos bancos: Bandec y BPA. Cada uno cuenta con solo cinco cajas, no hay cajeros automáticos, y somos unas 40 000 personas. Imaginen entonces el caos si, de pronto, a todos los habitantes del municipio dejaran de pagarles su salario en efectivo, para situárselo en tarjeta.

    El día 5 haces la consulta y compruebas que ya pagaron. Sales a la carrera para el banco, y la cola es enorme: el pueblo en redondo se aglomera frente a la sucursal, sin esperanza de cobrar por lo menos en una semana. Peor, sin embargo, estarían quienes viven en comunidades alejadas: a la desesperación por cobrar, sumarán la angustia del transporte. Los únicos ganadores serían coleros y especuladores que, por fuera de los bancos, harían su agosto vendiendo turnos o proponiendo taimadas usuras.

    Esto, desde luego, el país lo conoce: tanto como Jatibonico, hay muchos municipios en semejante situación. Es por ello que la Resolución 111/2023 del Banco Central de Cuba no incluye a las personas naturales que no realizan labores comerciales o de servicio legalmente autorizadas, las cuales continuarían cobrando sus salarios en efectivo, como hasta la fecha; a no ser que prefieran recibirlo mediante tarjeta. 

    Sujetos de la Resolución 111/2023 del BCC son las empresas estatales, organizaciones superiores de dirección empresarial, unidades presupuestadas, cooperativas no agropecuarias, cooperativas agropecuarias, productores agropecuarios, agricultores individuales, pescadores comerciales, mipymes, proyectos de desarrollo local, trabajadores por cuenta propia, artistas y creadores, las modalidades de inversión extranjera y las formas asociativas creadas al amparo de la Ley de Asociaciones. 

    La razón de que yo regrese sobre este tema es porque recibí más de dos decenas de comentarios sobre un anterior artículo titulado Bancarización y resistencia al cambio. Allí, los lectores manifiestan numerosas dudas, semejantes, por cierto, a las escuchadas en la calle o vistas en redes sociales. Varias de esas inquietudes las aclaré en los párrafos precedentes. Me referiré a otras.  

    Es conocido que buena parte de los abastecimientos del hogar se adquieren con los llamados carretilleros o en otros sitios donde, por ahora, hay que usar el efectivo. Tampoco todos los cubanos cuentan con teléfonos celulares, y aún tenemos un 17 % de zonas habitadas sin cobertura móvil. Hay que tener en cuenta, además, que determinadas personas: ya sea por su edad u otras razones, no pueden –o rechazan– usar las tecnologías. ¿Qué pueden hacer ante la nueva situación? Bueno, continuar como hasta ahora; nada les cambia, salvo que cuentan con la opción de, en cualquier momento, acceder a las ventajas que ofrece el proceso de bancarización.

    Cierto que no en todos los establecimientos existen condiciones para realizar operaciones digitales, ya sea por no contar con pos o acceso a pasarelas; pero los sujetos a la Resolución tienen la responsabilidad de crearlas en el plazo de los seis meses establecidos en el cronograma de implementación. Será un proceso gradual; no «traumático», según se afirma en uno de los comentarios.

    Como expresa otro lector al pie de mi artículo: «Si la bancarización es el uso de dinero electrónico, entonces no comenzó con la Resolución 111/2023, ni es nada nuevo. Hace años que en Cuba muchos trabajadores cobraban por tarjeta magnética, y hace también mucho tiempo que existen aplicaciones para el pago electrónico como EnZona y Transfermóvil».

    También es cierto que en algún momento pueden producirse interrupciones, digamos por falta de fluido eléctrico; pero esto es algo que el país se esfuerza por resolver. Cierto también que puntualmente ocurren otros fallos, pero me temo que los accidentes son una variable que estará siempre presente: fallos momentáneos de softwares los hemos visto en plataformas líderes del mundo como Facebook, WhatsApp, YouTube… Nuestras pasarelas han demostrado eficiencia, y lo que se trata es de minimizar esos fallos todo lo posible. 

    Por último, parece oportuno decir que la adecuada información sobre el proceso de bancarización no solo es asunto de la prensa u otros medios de comunicación, sino también de todos los organismos y entidades del país. Es algo de extrema importancia, que nos involucra a todos.

     

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