Pasados los días más críticos de enfrentamiento a la COVID-19 en Kuwuait y con la satisfacción del deber cumplido, regresó a suelo avileño, en la noche de este lunes, el doctor Carlos Miguel Llopiz Pacheco, quien durante dos meses prestó su ayuda en ese país como parte del Contingente de médicos especializados ante situaciones de desastre Henry Reeve.

Superada la incertidumbre con un PCR negativo, sentirse en casa, poco a poco, le devuelve el alma al cuerpo y el recibimiento en el barrio resultó alegría e impulso para continuar desde esta línea su aporte para la salud de todos.

Ubicados en la capital, en el hospital Kuwuait Field Center, fueron dos los avileños dedicados al tratamiento de pacientes positivos al nuevo coronavirus, en un escenario que mostró en momentos tensos más de 76 827 contagiados y 502 fallecidos.

“Las jornadas de trabajo eran fuertes y muchas veces tratábamos a personas que llegaban con un estadio avanzado de la enfermedad y podíamos hacer poco por ellos. En medio de todo esto, no descuidábamos los protocolos higiénico-sanitarios para no contagiarnos, y regresar sanos y salvos. El agradecimiento y las muestras de afecto eran constantes y eso nos enorgullecía.”

Según datos aportados con anterioridad por Colaboración Médica en la provincia, suman más de 100 los profesionales de la salud que han integrado brigadas del Contingente Henry Reeve en más de 22 países, lo cual confirma la vocación de servicio de la medicina cubana y su afán por salvar vidas.