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    ¡Le zumba el mango!

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    ¡Le zumba el mango!

    Los mangales apenas florecen y ya generan tensiones. El productor agrícola moronense Pedro Ángel Lau Rodríguez, afiliado a la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) Ignacio Agramonte y responsable del punto de venta con el propio nombre, realiza análisis que nos devuelven la frase “le zumba el mango”.

    “En la provincia de Ciego de Ávila, el precio topado del mango de clase es 7.00 pesos la libra. Consideramos que es excesivo porque uno de esos frutos puede pesar hasta siete libras, por tanto, cuando lo pesemos y tenga un valor superior a los 40.00 pesos, se generarán problemas y descontento en los clientes”, enfatiza el productor.

    Estas y otras inquietudes similares, compartidas por su equipo de trabajo, fueron trasladadas a las autoridades locales, con el objetivo de que fueran analizadas.

    Cientos de personas de toda la Ciudad del Gallo y las comunidades periféricas acuden diariamente al punto de venta de la CCS Ignacio Agramonte, sito en Carretera a Patria, un establecimiento que marca la diferencia en el territorio al lograr calidad en el servicio, condición sustentada en la estabilidad y variedad en las ofertas el trato amable y respetuoso, precios ajustados (incluso por debajo de los topados), una imagen comercial apropiada y en constante renovación, así como un estricto cumplimiento de las medidas higiénico- epidemiológicas.

    “Compramos los productos a nuestros afiliados y a personas que cultiven en patios y parcelas y accedan a vendernos. Gestionamos constantemente los productos como el mango para mantener la variedad de ofertas que nos distingue”, señala.

    Sin loas ni alabanzas, este pequeño mercado puede representar un acercamiento a la empresa competitiva que prevé la actualización del modelo económico cubano. Iniciativas comerciales como la rebaja de un porcentaje del precio a los trabajadores de Salud Pública y el acercamiento de los productos a las personas que permanecen en aislamiento o en cuarentena, distinguen la gestión de este colectivo, consecuente con las complejidades de los tiempos actuales.

    “Procuramos no incurrir en precios abusivos ni especulativos. En la provincia existe un listado que rige los procesos de compra y venta, a partir del cual establecemos nuestros mecanismos para la comercialización, siempre tratando de establecer un equilibrio entre la eficiencia, calidad del servicio y satisfacción de los clientes.

    “En ocasiones nos acogemos a las facilidades que ofrecen las normativas relacionadas con los precios, que posibilitan incrementar hasta un 20% al vender los productos beneficiados y embalados. Estas estrategias, aunque representan un costo adicional, han tenido aceptación entre los clientes. Para nosotros también es favorable pues nos permite un margen comercial”, destaca Lau Rodríguez.

    Desde su posición de campesino reconoce que el aumento de los precios no es la vía adecuada para lograr la eficiencia, “tenemos que tratar de incrementar las productores para que haya más ofertas, entonces los precios disminuirán inevitablemente”.

    Aunque considera que los costos de los productos agropecuarios pudieran ser inferiores, también valora la imposibilidad de comercializarlos a costos inferiores porque eso tendría un impacto negativo en el sector productivo, al disminuir las ganancias y desestimular a los campesinos, quienes también afrontan importes superiores para adquirir insumos, fertilizantes y combustibles.

    “Tiene que existir una correlación, atendiendo a esas cuestiones, pues el salario de nuestros trabajadores tampoco puede ser el mismo de antes. Como expresara el Ministro de Economía y Planificación, los campesinos tienen que ser los principales beneficiados para estimular la productividad.

    “No obstante, el país, la provincia y el municipio deben proyectarse en función de disminuir los precios de los alimentos, para lo cual ―insisto― urge aumentar las producciones, cuestión que requiere de un mayor acercamiento a nuestro sector para saber cuáles son las dificultades que enfrentamos, qué insumos nos están faltando…y tratar de ayudarnos de todas las formas posibles.

    “Tenemos muy buenos dirigentes en la Agricultura y en la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), que están enfocados en estos asuntos y sabemos que con su ayuda vamos a seguir adelante para lograr la soberanía alimentaria, que sabemos es una prioridad para el Estado cubano”, subrayó el campesino moronense.

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